Había nervios. Los festeros oriolanos no lo podían ocultar ayer. Son ya muchas fiestas a las que la mayoría han asistido, pero el inicio de los festejos este domingo en Orihuela fue diferente. Son de Interés Turístico Nacional y este reconocimiento recién adquirido corrió ayer por el ambiente con esa responsabilidad de quien quiere que todo salga perfecto, ya que las miradas puestas este año en las Fiestas de la Reconquista y de Moros y Cristianos de Orihuela se multiplican. Nada falló, y el sentimiento de orgullo y satisfacción por la relevancia que han tomado estos festejos, fue celebrado anoche tras la ofrenda floral y la procesión, los actos que inauguraron las fiestas de 2017.

El homenaje anual a las Santas Justa y Rufina reunió a miles de comparsistas que quisieron agasajar con flores a las copatronas de la ciudad, las Santas Justa y Rufina, las que, según la leyenda, iluminaron la noche para ayudar a los oriolanos, a través de la Armengola, a acabar con la invasión musulmana.

Desde la Glorieta Gabriel Miró, los festeros, ataviados con traje de media gala, iniciaron el recorrido escoltando a la heroína de la Fiesta, la Armengola Conchi Cabrera, quien desfiló acompañada de los embajadores cristiano y moro, José Manuel Fernández de la comparsa Caballeros Templarios y Rafael García de los Almorávides, respectivamente.

Tras la visita a la iglesia parroquial de las Santas Justa y Rufina, los festeros trasladaron las tallas religiosas hasta la Catedral de El Salvador, donde permanecerán hasta el próximo 17 de julio.