Al fondo del ruido de la «pelea» política a cuenta del retraso en más de una década en las obras de desdoblamiento de la carretera Nacional 332 a su paso por Torrevieja queda lo importante: un atasco casi continuo en verano -de 6 kilómetros el pasado fin de semana-, muchas retenciones durante el resto del año y un horizonte de construcción de las obras sin fecha. El tapón de la circunvalación está alcanzando cifras de récord este verano, no ha hecho nada más que comenzar y atrapa a los conductores en los trayectos más cortos, de camino a las playas y urbanizaciones o para evitar el paso por el casco urbano de Torrevieja.

El pasado fin de semana casi seis kilómetros en sentido Alicante-Cartagena -entre el Hospital Quirón y el acceso a la CV-905 del Hospital Universitario de Torrevieja-, y tres en el carril contrario. Y cuando no hay atasco, el tráfico es muy lento, algo que ocurre ya durante casi todo el año en algunos tramos, en especial la recta entre las salinas y el acceso de la CV-95 al Hospital. Los últimos aforos de paso medio de vehículos diarios realizados por el Ministerio de Fomento, que es la administración responsable de la carretera, indican que el vial, que cuenta con un solo un carril por cada sentido de la marcha, está a punto de alcanzar los 40.000 vehículos de intensidad media diaria (39.776 vehículos cuando en 2008 la media era de 33.000) -en verano son más-. Cifra que supera las que registra el tramo de autovía A7 en Orihuela (39.718 vehículos), que cuenta con el doble de capacidad.

Las medidas para garantizar la seguridad han hecho que el tráfico sea más lento todavía. Está prohibido adelantar, con doble línea continua, en ocho kilómetros y las señalizaciones luminosas que advierten de los choques por alcance están activadas casi toda la jornada. Además se advierte de un punto negro de frecuencia de accidentes, a la altura de la desalinizadora. Estas medidas han rebajado el número de accidentes graves en los últimos dos años, pero han dificultado todavía más la circulación.

Hasta hace unos años había alternativas para eludir la circunvalación sin grandes rodeos. Ahora esos itinerarios también se ven superados por el tráfico, como es el caso de la avenida de Desiderio Rodríguez o la travesía por la urbanización Villa Amalia. La falta de capacidad de la variante está extendiendo el problema a otros nudos importantes de comunicación en Torrevieja y avenidas. El ejemplo más claro es la salida y entrada a Torrevieja desde la CV-905, carretera Crevillent, en la zona de grandes superficies como Carrefour y Ozone. En ese punto la cola para acceder a la variante se solapa con la entrada y salida de coches del casco urbano (casi 30.000 diarios en este punto). Lo mismo ocurre en la CV-905, donde la cola es de un kilómetro entre el acceso a la variante y Los Balcones -con el agravante de que por ahí deben acceder las ambulancias al hospital público-.

De pago

Del colapso de esta carretera «se alimenta» otra. Cómo no, de peaje. La autopista AP-7, una de las más caras y con menos tráfico del país discurre paralela a la N-332, en especial en su tramo entre Torrevieja Sur y Pilar de la Horadada. Mientras que la variante y la Via Parque soportan tráficos cercanos a los 40.000 vehículos diarios la AP-7 de Ausur apenas registra 5.000 en su peaje de Los Montesinos y algo más en La Zenia.