Dámaso Aparicio ganó anoche las elecciones a presidente del PP de Orihuela en una reñida votación al conseguir 464 apoyos por los 423 de Víctor Valderde y los 148 de Andrés Ballester. En total, 1.037 afiliados ejercieron su derecho al voto, de los que uno fue en blanco y otro nulo.

Aparicio ejercía de presidente en funciones después de haber asumido el cargo en el año 2015 tras ser expulsada del partido Pepa Ferrando por no votar una moción contra la corrupción y atacar a la ejecutiva provincial del PP. La presidenta del PPCV, Isabel Bonig, fue una de las primeras en felicitar al nuevo presidente, quien era el candidato que contaba con más apoyos en la dirección regional del partido.

Aparicio, en sus primeras declaraciones, afirmó que hoy «mismo voy a llamar a los otros dos candidatos para hacer una ejecutiva de consenso y devolver al PP dentro de dos años la mayoría absoluta en Orihuela».

El presidente resaltó que tendría la «mano tendida a todos», incluido al alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana, «al que nunca se la he quitado». Esta palabras contrastan con el frío saludo que se dieron una vez fue proclamado presidente.

Por su parte, la oriolana Eva Ortiz, secretaria general del PPCV, resaltó la gran cantidad de votantes que han acudido a ejercer su derecho a voto y el buen funcionamiento.

La jornada de votación resultó movida, ya que se presentaron más de 300 incidencias por parte de militantes que no aparecían en el listado ofcial del censo y, por lo tanto, no podían votar. El secretario general del PP de la provincia, Eduardo Dolón, fue el encargado de repartir los números para que los afectados pudieran llevar sus incidencias a una mesa habilitada para ello. Una vez allí, la mayoría se resolvieron llevando los militantes el DNI y el comprobante del banco del pago de la cuota.

Según pudo saber este diario, en los tres últimos días pagaron su cuota más de 300 militantes y el banco todavía no había dado el resguardo al PP, motivo por el cual no aparecían en la lista.

Además, se produjo la expulsión de una asesora del alcalde y de otros militantes cercanos al candidato Valverde por estar repartiendo los votos dentro. Además, Aparicio y parte de su equipo utilizaron el garaje del local, lo que motivó las protestas de los otros candidatos para que lo desalojaran.

El local donde se celebraron las elecciones tras el cierre de la sede no contaba con aire acondicionado, por lo que otros protagonistas fueron los abanicos y ventiladores que se tuvieron que traer para mitigar el calor.