La edil del PP, Sandra Sánchez, reclamó ayer al alcalde José Manuel Dolón (Los Verdes) más atención para las zonas residenciales de Las Torretas de Torrevieja. Colectivos vecinales llevan presentados alrededor de 30 escritos dirigidos a Alcaldía y a concejales responsables de distintas áreas para resolver deficiencias, y según la oposición, continúan a la espera de recibir contestación. Sánchez recordó una reunión que José M. Dolón mantuvo con representantes vecinales en la campaña electoral de 2015 en la que se comprometió en mejorar y dar soluciones la situación de estos residenciales. Entre otros compromisos citó en ese momento erradicar la presencia de plagas, reivindicar las mejoras del transporte urbano, de la señalización, de las comunicaciones, llevar a cabo limpieza viaria, «mantenimiento de zonas verdes y jardines, de alumbrado público, vigilar los vertidos de escombros, requerir mayor presencia policial», y una larga lista con más reivindicaciones, según el PP.

En contraste con ese compromiso, según la misma edil, «desde que es alcalde ni tan siquiera responde a las reclamaciones de los vecinos de estos dos últimos años, en los que han presentado más de 30 escritos dirigidos a distintas áreas del Ayuntamiento». En el Área de Servicios y al Área de Parques y Jardines, hay 18 los escritos de los vecinos de Las Torretas sin resolver para solicitar reparaciones en el alumbrado público y en el asfaltado, alertando de riesgos «importantes en la vía pública debido a cuadros eléctricos en mal estado» y a la intemperie, desbroces de vegetación en muchos puntos con riesgo de activación de incendios, cuidado y mantenimiento de zonas verdes o retirada de árboles caídos que interrumpen el paso del tráfico.

Aunque muchos de los problemas se dan en zonas públicas, parte importante de las zonas comunes viales de Torretas II y III, que albergan miles de viviendas, no son competencia del Ayuntamiento. El urbanizador nunca entregó el suelo al municipio, y por lo tanto no figuró en el inventario de bienes públicos municipales, una vez concluida la construcción -entre finales de los 70 y principios de los 80-. Una situación que se mantiene en la actualidad, y que solo puede resolverse con un proyecto de reurbanización a cargo de los vecinos.