El equipo de gobierno (Partido Popular y Ciudadanos) del Ayuntamiento de Orihuela continúa sin fecha para llevar a pleno los presupuestos de 2017, en los que teóricamente se tendría que estar trabajando desde el segundo semestre del pasado año de modo que su aprobación hubiera sido una realidad antes de comenzar este ejercicio, como han hecho muchos ayuntamientos y demandaba como medida de buen gobierno el Ministerio de Hacienda. Un documento que el pasado noviembre y visto que no salía adelante, se puso como condición por parte del portavoz de Ciudadanos para mantener el acuerdo de gobierno con el PP. El ultimátum de Cs vencía en febrero pero ya para entonces ambos partidos habían renovado su acuerdo de gobernabilidad, con la entrada de los tres ediles del partido naranja en tareas de gobierno, lo que ha dejado «sine die» y, al parecer, ya sin tantas prisas, la aprobación del presupuesto de este año.

A preguntas del periódico, el edil de Hacienda, Rafael Almagro (Partido Popular), ha justificado este retraso ya de cinco meses por las «enormes dificultades administrativas que nos estamos encontrando a la hora de definir la estrategia de los fondos Dusi», una subvención europea por la cual el Ayuntamiento recibirá 10 millones de euros en los próximos años si, a cambio, invierte esta misma cantidad en los proyectos que se le aprobaron. El papeleo y los trámites ante todos los organismos que deben dar su plácet está complicando de una manera que nadie esperaba no ya su aprobación sino incluso su elaboración, según Almagro.

Sin embargo, cabe destacar que existen otros trámites administrativos necesarios para la aprobación del presupuesto, al margen de la inclusión de los Fondos Dusi y que no se han llevado a cabo, como la aprobación de la liquidación del de 2016. Dicho presupuesto entró en vigor «in extremis» a pocas horas de terminar el año y no debería haber tenido gran problema a estas alturas de 2017 su liquidación, es decir, la resta entre ingresos y gastos que tuvo. De hecho, el plazo legal para su aprobación y remisión al Ministerio de Hacienda concluyó en marzo sin que se produjese, según fuentes municipales. Un incumplimiento que, pese a que no tiene consecuencias a priori de ningún tipo para el Consistorio, sí evidencia el hecho de que el bipartito, pese a tener la mayoría suficiente como para gestionar y decidir qué se hace en Orihuela, continúa sin hacerlo.

El presupuesto es el documento económico más importante de cualquier ayuntamiento porque de él dependen, entre otras, las grandes inversiones y el cumplimiento de las promesas pendientes, como en este caso serían la remodelación del Palacio de Rubalcava, la finalización del Centro Cívico de La Aparecida, el proyecto para liquidar la Plaza de Toros -tal y como se concibió- o los 600.000 euros anunciados para Orihuela Costa. Lo cierto y verdad es que cuenten o no con ayuda de los Fondos Dusi para su ejecución, la parte que tiene que poner el Ayuntamiento deberá salir de los remanentes del presupuesto del pasado año; es decir, del dinero público que por un motivo u otro no se utilizó con el fin previsto.

Críticas

¿Con qué cantidad? Esa es una de las cuestiones que critica la oposición, que también la desconoce. Mientras tanto, el equipo de gobierno no muestra sus cartas sobre en qué se quiere gastar el presupuesto que, probablemente, superará los 70 millones de euros. Tampoco se sabe cuál será el peaje en inversiones que se tendrá que incluir para hacer frente a las exigencias derivadas de la entrada de Cs en el equipo de gobierno. Lo único cierto es que en el mejor de los casos Orihuela no tendrá las cuentas de 2017 antes del mes de julio, y eso si se dan prisa en convocar el pleno ya.