Minutos antes de que comenzase el acto por el que se ha oficializado la entrega de llaves de la Casa Natal de Miguel Hernández por parte del Consell a la Conselleria, en la planta baja de la misma, donde se ha realizado la firma protocolaria de cesión del inmueble al Consistorio, se han vivido momentos de tensión que han acabado a gritos por una persona del gabinete municipal. El reducido espacio de la sala hizo que tan solo pudieran instalarse ocho sillas. Al acto estaban invitados el alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana, el presidente Ximo Puig, el conseller de Hacienda y Patrimonio Vicent Soler, y el conseller de Transparencia, Responsabilidad Social, Participación y Cooperación, Manuel Alcaraz. Además, ha acudido el alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, y otras personalidades, por lo que, literalmente, no había espacio para todos, por lo que la mayoría de asistentes han contemplado el acto de pie.

Desde el Ayuntamiento de Orihuela han reclamado que sus representantes tuvieran derecho a tomar asiento, desde el teniente alcalde, Juan Ignacio López-Bas, hasta el concejal y diputado provincial Paco Sáez, algo que no admitían desde protocolo del Consell. La discusión entre los dos departamentos de protocolo era audible desde la puerta de la Casa Natal, pese que estaba teniendo lugar varios metros más al fondo, y ha tenido que intervenir también representantes de prensa del primer edil alicantino. Finalmente se han instalado otras dos sillas, reduciendo aún más el espacio a los medios de comunicación, que apenas han podido instalar sus cámaras.