Tiene sólo 9 años pero el currículum de un músico de 30. Alexandro de Gracia García Antolinos puede presumir de ser el joven talento musical más laureado en la comarca. Este joven de Almoradí cuenta con numerosos premios nacionales y hace unos días recibió la gran noticia que estaba esperando, tras apuntarle su padre a un concurso internacional, el prestigioso «Grand Prize Virtuoso» que se celebra en Londres. Alexandro encandiló al jurado con el vídeo enviado por su progenitor, valiéndole el primer premio dentro de la categoría viento metal junior de hasta doce años, en la especialidad de trompa, el instrumento que toca desde los 6 años.
Se convierte así en el interprete español más joven en obtener ese reconocimiento. El galardón lo recogerá el próximo 12 de abril en el Royal Albert Hall de la capital británica, donde, además, actuará como solista, frente a otros jóvenes virtuosos de medio mundo. «No conozco Londres y me hace mucha ilusión este premio. Voy a tocar allí el Laudatio, una obra que no lleva piano y en la que estaré yo solo como solista» comentó ayer orgulloso. El concurso «Grand Prize Virtuoso» es de los más prestigiosos actualmente. Con Alexandro, son tres los españoles que lo han ganado en diversas categorías, todos ellos, casualmente, alicantinos: el pianista Carlos Santo, el también virtuoso del piano, Francisco José García Verdú (ganador en esta última edición) y el trompista almoradidense.
Concertamos la entrevista en Algorfa, donde disputó un partido de fútbol, su otra pasión. Pocas horas después tiene que estar en el Conservatorio de Orihuela «Pedro Terol», donde estudia. «Los estudios se me dan muy bien y los puedo compaginar con los del Conservatorio, donde estudio segundo elemental», aunque en realidad él ya interpreta obras de grado profesional de los grandes de la música clásica, como Mozart, Strauss o Beethoven.
Hobby
Su pasión por la música viene de lejos. «A los 3 años mi padre me daba la boquilla o me la ponía para que yo fuera acostumbrándome a ella. Todo empezó como un hobby y a los 6 años ya estaba tocando la trompa, poco después de ingresar en la Escuela Sociedad Unión Musical de Almoradí». Allí dio sus primeros pasos en el no fácil mundo del solfeo y sólo cuatro meses más tarde realizó su primera audición pública en el XV Certamen Comarcal de Interpretación Musical. Actualmente es miembro de la Banda Sinfónica de la Unión Musical de Almoradí y Banda Joven, de la Orquesta de Jóvenes de la Provincia de Alicante y de la Banda Sinfónica de la Federación de Bandas de la Región de Murcia. En dos semanas, además, pretende hacer un concierto en trompa natural, una modalidad complicada en la que hay que introducir la mano para que suenen las notas, y es como se tocaba antiguamente ese instrumento. Su padre, Pedro José, fue quien le inculcó la pasión por la música. «Pronto empezó Alexandro a destacar. La trompa es el instrumento de viento metal más difícil de tocar y era un prodigio que él lo tocara tan bien a tan temprana edad», comentó.
Su salto a la escena internacional ha sido gracias al vídeo de la participación de Alexandro en un concurso en Valencia, interpretando a Mozart con sólo 8 años. Es el que visualizaron los miembros del jurado del certamen internacional. «Antes teníamos que ser nosotros los que llamábamos a las orquestas, y ahora son ellas las que no paran de llamar, porque todas quieren tener a mi hijo en el escenario», señaló su padre.
No es de extrañar el interés de los músicos por el ya conocido como «niño prodigio de Almoradí». Su currículum, facilitado por su progenitor, es muy extenso. En las dos páginas apenas entra la cantidad de concursos a los que se ha presentado y de galardones y menciones de honor obtenidos por el pequeño, entre los que destacan varios premios nacionales a jóvenes músicos. Va camino de ampliar su extenso currículum al presentarse a otros concursos internacionales en Austria y Alemania. «Lo próximo será comprarle una trompa, la de ahora es prestada, cuando se desarrolle un poco más físicamente y la boca le crezca», indicó su padre. Y es que en ese pequeño cuerpo no cabe más talento.
