Más de 300 personas han participado en la mañana de hoy en la concentración organizada por varios colectivos políticos y vecinales parea exigir la paralización del proyecto urbanístico en el que está previsto construir 1.500 nuevas viviendas en el último rincón virgen de la costa oriolana, Cala Mosca, donde sobreviven dos especies endémicas, una planta, la Jarilla Cabeza de Gato (Helianthum Caput-felis) y el caracolillo Todorella Mauretanica.

Los manifestantes han realizado una suelta de globos y portaban pancartas en las que se podía leer tanto en castellano como en inglés, debido al gran número de residentes extranjeros, lemas como: "Orihuela Costa, demasiado cemento para pocas áreas verdes", "No a 1.500 nuevas casas", "Salvemos el último pulmón de Orihuela Costa" y "Gracias Parlamento Europeo". Ésta última en referencia al anuncio realizado hace unos días por el Parlamento Europeo, que va a reabrir el expediente relativo a la construcción en esa zona virgen del litoral tras la comparecencia en Bruselas de los ediles de Cambiemos Orihuela, Karlos Bernabé y Marta Guillén, y del exconcejal de Claro, Bob Houliston.

El Parlamento va a fiscalizar el informe de impacto ambiental que obligó a realizar el promotor para comprobar que cumple con la normativa. No obstante, la Eurocámara no llevará a cabo la paralización como tal, competencia que le corresponde a la Generalitat Valenciana, y así lo han recordado hoy las personas que se han concentrado en Cala Mosca. "Hay suficientes razones medioambientales y también económicas para que la Conselleria tome cartas en el asunto y pueda parar el proyecto", ha señalado el edil oriolano Karlos Bernabé. Optimista también se ha mostrado el edil del PSOE en Orihuela, Antonio Zapata, quien se muestra convencido de que la Generalitat va a estar muy pendiente del proyecto urbanístico. "Vamos a proponer al Consell que modifique la legislación urbanística para que sean los promotores quienes tengan que cumplir la legislación y sus técnicos y no al revés como ahora", ha indicado Zapata, aunque reconoce que el promotor tiene una serie de derechos adquiridos que "pueden ser compatibles con la protección ambiental, como un cambio en la edificabilidad o una permuta de terrenos".

Para el presidente de la Asociación de Vecinos y Comerciantes de La Zenia, Félix Arenas, la construcción de más viviendas en la costa oriolana supondría no sólo la desaparición de las especies endémicas de la zona, sino también que Orihuela Costa asumiera una población que no podría ser atendida por la escasez de servicios e infraestructuras que padecen desde hace años. "1.500 viviendas es una saturación de Orihuela Costa, cuando el Ayuntamiento no está manteniendo ni los servicios ni la recogida de basuras como debería ser".

Movilización

La movilización ciudadana, la más numerosa de los últimos años en defensa de la protección de Cala Mosca, ha contado con representantes de diferentes partidos políticos, entre ellos el PSOE de Orihuela, Cambiemos, Claro, Podemos, Izquierda Unida de Torrevieja, Sueña Torrevieja y colectivos, entre los que se encontraban la Plataforma Pro-Orihuela Costa y la Federación de Asociaciones de Orihuela Costa, y asociaciones vecinales de todas las urbanizaciones de las playas de Orihuela. Todos ellos consideran que la construcción en este reducto virgen de la costa de la Vega Baja supondría la vulneración del patrimonio natural, no garantizaría la protección de las dos especies de flora y fauna únicas en la zona y un crecimiento poblacional en torno a 6.000 personas que agravaría los ya de por sí deficitarios servicios e infraestructuras con los que cuenta este rincón de Orihuela.