El secretario autonómico de Educación, Miguel Soler, anunció ayer la posibilidad de que cada uno de los colegios de Torrevieja presenten un proyecto experimental a la hora de adaptarse al modelo de plurilingüismo que ha generado un rechazo casi mayoritario en la comunidad de padres de alumnos de la ciudad.

Una opción, que explicó de forma muy genérica y que aparece en el decreto en una disposición adicional, para que los centros de Infantil y Primaria, no solo en las zonas castellanohablantes, que son los primeros que van a aplicar la nueva norma, puedan desarrollar una docencia que no se corresponda exactamente con ninguno de los seis niveles en los que está distribuido el nuevo modelo.

De menos (básico) a más horas de valenciano e inglés (avanzado). Los padres, en especial los representantes de la Plataforma de Ampas y la delegación «Gabriel Miró» reclamaron directamente la derogación del decreto, algo que Soler anticipó que no va a ocurrir.

El cargo del Consell, el segundo cargo en responsabilidad en Educación tras el conseller -se encontró un aforo «hostil» y tenso, aunque quizá menos de lo esperado- también admitió que mientras que la mayor parte de los 50.000 profesores del sistema educativo de la Comunidad, tiene la capacitación que les permite ofrecer clases en valenciano, su formación en inglés del profesorado es mucho menor, algo, dijo, que la Generalitat tiene previsto enmendar de forma paulatina mientras se pone en marcha el nuevo modelo.

Soler estuvo desafiante ante algunas preguntas de la Plataforma de Ampas, y en ocasiones «grosero», en opinión de esa plataforma. Este colectivo, representado por Francisco Pacheco, se preguntó si el modelo se corresponde a la «senda del independentismo catalán» del conseller Marzà, y tildó de «discriminatorio» y «clasista» el nuevo sistema; y cuestionó que no se hayan respondido a las alegaciones de 2.000 padres en contra del sistema. La misma agrupación desveló que una de las condiciones del decreto que el Consell va a considerar a la hora dotar de mayores recursos a los centros es que no cuenten con exentos de valenciano. Algo que Soler se limitó a asegurar que es «interpretable», aunque aparece textualmente en el decreto.

Votar como con el horario

Pacheco recordó que los padres sí tuvieron la ocasión de decir en el caso de la jornada continua, mientras que la decisión ahora de adoptar uno de los niveles está en manos de tres cuartas partes del Consejo Escolar del centro, con padres y docentes. El delegado de la Federación de Padres "Gabriel Miró", Fernando García, aseguró que igual de negativo es «prohibir una legua que imponerla».

En algo insólito en la relación habitual entre padres y docentes, el director del IES Libertas, Jorge Bañón, en representación de los directores, y recordando que los funcionarios no posicionan ni a favor ni en contra, arrancó el aplauso de los padres al señalar que el modelo fomenta tres niveles: el de los centros que opten por el modelo básico sin acreditación en idiomas, que es el que parece que escogerá Torrevieja, el de los niveles avanzados y el de quienes puedan eludirlo en la enseñanza privada no concertada. También subrayó el docente que el 60% del profesorado de secundaria en la ciudad es interino y que solo dos de los 24 profesores de valenciano que trabajan en esos centros tiene su plaza en Torrevieja. Soler justificó en la experiencia de aprendizaje de idiomas en educación implantados en la Unión Europea, no comenzara a ponerse en marcha hasta dentro de cinco cursos. Se inicia el curso que viene en Primaria de de tres años.