El Parlamento Europeo ha reabierto el expediente relativo al proyecto de construcción de 1.500 casas en Cala Mosca, último rincón virgen del litoral de Orihuela, tras la comparecencia de los ediles de Cambiemos y el exedil de Claro, Bob Houliston (quien denunció el caso en 2012), en la Comisión de Peticiones de la eurocámara. En este caso, las medidas que llevará a cabo la eurocámara no será la paralización como tal, pero sí que fiscalizará que el informe de impacto ambiental que obligó a realizar el promotor, cumple con la normativa, algo que dudan desde ambas formaciones, ya que dicho informe lo ha realizado la empresa constructora, y sostienen que «apenas modifica el proyecto anterior», que obligaba a proteger fauna y flora protegida.

Además, la eurocámara remitirá una carta al Consell, organismo encargado de aprobar definitivamente o no este proyecto, exigiéndole que ponga especial atención a este rincón oriolano, y supervise de forma exhaustiva que se cumplan todas las garantías en materia ambiental previstas por la ley. Así lo explicó ayer la edil Marta Guillén tras su comparecencia en la Comisión de Peticiones del Parlamento, tras la invitación de la eurodiputada Marina Albiol (IU).

«Estamos muy contentos con el resultado, solo con que se reabriera la comisión nos dábamos por satisfechos, pero no solo eso. Hemos conseguido que se comprometan a fiscalizar la declaración de impacto ambiental y que se inste a Conselleria a fijar su atención en Cala Mosca», añadió la edil.

Esto, aunque no suponga la paralización del proyecto, «que ahora dependerá de muchos factores, y de lo que la Conselleria quiera o no acatar, y la prisa que quieran darse», así que «abre un balón de oxígeno a frenarlo». Para ello, la formación, junto a otros colectivos vecinales, ha impulsado una protesta ciudadana que tendrá lugar el domingo, a las 11.30 horas, en la explanada de Playa Flamenca. El objetivo pasa porque ese último kilómetro virgen del litoral oriolano siga como tal, aunque parte de él ya cuenta con el trazado de su urbanización, que se realizó hace años, antes de paralizarse el proyecto. Guillén apuntó además que el debate sirvió para poner de manifiesto las «barbaridades urbanísticas» en la Comunitat, algo que trasladaron a los eurodiputados «en las reuniones previas de preparación antes de comparecer en la comisión».