El alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana (Partido Popular), admitió ayer al fin que algunas de las cuatro multas impuestas al coche oficial, que conduce todo el equipo de gobierno, pertenecen a dos concejales de su equipo, pero una vez más rehusó dar nombres justificándose en que «no los voy a someter a escarnio público».
El primer edil calificó de «ridícula» la polémica sobre las multa que se ha generado tras la denuncia del edil socialista, Víctor Ruiz: «Este asunto no tiene importancia para la ciudadanía de Orihuela. Es ridículo. Si el Ayuntamiento terminara pagando alguna multa es cuando tendrían que preocuparse», y negó una vez más que el Consistorio corra con los gastos, y todo eso lo argumentó pese a que Víctor Ruiz desveló que la Agencia Tributaria había requerido al Ayuntamiento por la vía de apremio para que identificase al conductor de una de las multas, que llegó con recargo del 20% por, precisamente, no identificar en tiempo y forma al infractor.
«Cabezonería»
«Es una cuestión, si quiere, de cabezonería», reconoció Bascuñana, a preguntas de los periodistas sobre este asunto. «El infractor va a pagar la sanción, al menos mientras de mí dependa». En cuanto a la petición de una comisión de investigación para identificar a los infractores (que Ruiz avisó que pediría si el alcalde no daba nombres en dos semanas y cuyo plazo concluye el viernes), Emilio Bascuñana insistió en que: «El alcalde de Orihuela tiene muchas más cosas que hacer que dedicarse a esta ridiculez», y quitó importancia a las infracciones porque «no estamos hablando de que se saltó una dirección prohibida o un stop, sino de un despiste, de circular a 120 kilómetros por hora en una vía de 100 kilómetros por hora. Nos puede pasar a cualquiera».
