El Consell aseguró el lunes que quiere instalar dos plantas de transferencia en Guardamar del Segura y Orihuela, como primer paso para poner en marcha el Plan Zonal, y los dos municipios están dispuestos a escuchar la propuesta, aunque con cautela. La edil de Urbanismo oriolana, Begoña Cuartero (PP), dijo al respecto a preguntas del diario que «habrá que estudiar con los técnicos de Urbanismo qué suelo tenemos. No puedo decir más. Se estudia, se valora y si tenemos...». La concejala atendió al periódico después de que el alcalde no lo hiciera, lo que da que pensar que este tendrá la última palabra. En cualquier caso, Cuartero aseguro que su «voluntad es trabajar y buscar lo mejor para Orihuela si hay (suelo), apuntó la edil del segundo municipio más grande de España.

En Guardamar, el alcalde socialista, José Luis Sáez, no cierra la puerta a que su municipio acoja una planta de transferencia de basuras. Dijo que es una posibilidad que tiene que valorar junto al resto de grupos políticos que conforman la corporación, puesto que el PSOE gobierna en minoría. Al regidor le pilló por sorpresa el hecho de que el Consorcio de Residuos, a través de una nota de Prensa, difundiera el pasado lunes que su municipio y Orihuela son los dos candidatos de la Generalitat para acoger esta instalación temporal. Es por eso que antes de realizar cualquier tipo de declaraciones pidió poder tratar este asunto junto al resto de miembros del pleno.

La parcela en la que la Generalitat quiere disponer la planta de transferencia de basuras en Guardamar es de propiedad municipal y está ubicada en la carretera de La Berná, un vial que conecta con Rojales. En esa finca se emplazaba un antiguo vertedero que ahora la Generalitat se ha comprometido a sellar, restaurando los terrenos afectados. Está a unos tres kilómetros del casco urbano.

El regidor pidió prudencia ante todo este asunto pero reconoció, al igual que el resto de alcaldes de la Vega, que la comarca urge de plantas de transferencia para abaratar costes y evitar el impacto negativo al medio ambiente. Sáez dijo que desde Guardamar parten todos los días camiones de basura hasta Jijona para poder llevar las basuras, un trabajo que se multiplica y que dispara el precio en verano, cuando el municipio acoge a miles de turistas.

El primer edil apuntó que, una vez que esta situación se exponga en el Ayuntamiento, habrá que ver cuál es la oferta definitiva, puesto que el municipio que acoja esta planta recibirá compensaciones económicas cercanas a un euro por cada tonelada que entre en las instalaciones. Una basura que, no obstante, solo permanecería allí unas horas, puesto que la función de la estación de transferencia es compactar la basura para poder derivarla en camiones de gran tonelaje hasta los vertederos. Así, Sáez concluyó que si el municipio acogiera esa planta, todo el dinero que se recibiera sería para mejorar el servicio y en su caso abaratar la tasa que pagan los guardamarencos. Está previsto que las dos plantas de transferencia de basuras de la Vega Baja estén gestionadas por la mercantil pública Vaersa, como así se decidió en el Consorcio de Residuos.