Un bloque de nichos del cementerio de Daya Nueva ha resultado gravemente afectado por las lluvias del último mes. La filtración de agua entre los cimientos ha provocado el colapso de la estructura. El Ayuntamiento se ha visto obligado a actuar de urgencia, primero para apuntalar la construcción y después para organizar a toda prisa el traslado de los restos mortales de 27 vecinos hasta otros puntos del camposanto. El suceso ha causado una gran conmoción en la localidad y los familiares asisten desde ayer a las exhumaciones.
La situación ha motivado que el Consistorio decrete la ruina de esta zona del cementerio por vía de urgencia. La actuación se ha tenido que realizar con la mayor celeridad posible para evitar el derrumbe. Los daños se descubrieron el pasado jueves, cuando se oficiaba un entierro. Varios vecinos se percataron de que una hilera de nichos presentaba una enorme grieta. Al parecer, el terreno reblancedido por el agua acumulada había empezado a ceder y aseguran que hasta se oía crujir la construcción. La alerta llegó hasta la alcaldesa, María Teresa Martínez. El mismo jueves por la noche pidió a un constructor de la localidad que visitara la zona para hacer una primera valoración. Su dictamen fue crucial: o se apuntaban los nichos o podían venirse abajo en cualquier momento. Y así se hizo.
Al día siguiente, viernes, visitó la zona afectada un técnico de la Diputación de Alicante. Se inició así la declaración de ruina y durante el fin de semana se valló la zona para evitar accidentes. Los gestores municipales se reunieron con los familiares de los vecinos que están allí enterrados y se avisó también a la policía mortuoria. Había que comenzar cuanto antes con las exhumaciones.
La retirada de las cajas con los restos mortales comenzó ayer mismo. Los cuerpos serán trasladados a otros nichos de propiedad municipal y también a panteones que han cedido altruistamente diferentes familias del municipio. La regidora agradeció ayer la solidaridad de los munícipes para ayudar a que este mal trago pase cuanto antes.
Se calcula que el traslado de los ataudes podría concluir hoy mismo. El Consistorio ya ha contratado a una empresa para derribar los nichos en cuanto sea posible. El coste de ese trabajo de demolición y del traslado de los restos mortales será de cerca de 14.000 euros que asumirá en principio el Ayuntamiento. Más tarde habrá que construir de nuevo las estructuras.
La regidora explicó ayer que se hará una memoria valorada del coste que supondrán todas estas actuaciones para pedir ayuda a la Diputación. Se intentará que la institución provincial aporte fondos de la partida que se destinará a los municipios alicantinos que han sufrido daños por las lluvias. «Dentro de lo malo, afortunadamente hemos podido actuar a tiempo. Si la estructura se hubiera derrumbado habría sido un desastre», concluyó la regidora.
