El concejal socialista Víctor Ruiz aseguró ayer que han llegado otras dos multas de tráfico al Ayuntamiento vinculadas a un mal uso del coche oficial. El edil criticó que el Ayuntamiento se niegue a indicar a la Dirección General de Tráfico (DGT) quién conducía el vehículo para que abone la sanción y por lo tanto se hayan cargado al erario municipal.

El edil recordó que en la sesión plenaria de noviembre, tras la denuncia hecha por su grupo de una multa de tráfico del coche oficial conducido por un asesor y que iba a asumir el consistorio, Emilio Bascuñana afirmó que en esta legislatura las multas de tráfico las están pagando los conductores infractores, y no el propio Ayuntamiento.

Pues bien, nada más lejos de la realidad, según el PSOE. Ruiz dijo que el pasado 11 de enero de 2016 llegó al Ayuntamiento una notificación de la DGT pidiendo la identificación del conductor del Audi A4 adscrito a la Alcaldía por circular a 121 kilómetros por hora en una carretera cuyo límite de velocidad era de 100 . «Y a la vista de que no hubo respuesta del Ayuntamiento, el 10 de febrero llegó otra notificación al Consistorio por la que se informaba de que el expediente de infracción se pasó a la Agencia Tributaria para que procediera a su cobro por vía de apremio, al no identificar al conductor».

En Madrid

Pero esa no fue la única multa a la que hizo referencia el concejal, que también mostró una notificación del Ayuntamiento de Madrid, recibida el pasado 30 de diciembre, por la que se informa de que el mismo Audi A4 cometió una infracción el pasado 19 de julio en la Calle Mayor, cuya sanción era de 180 euros. La infracción que se imputa al Ayuntamiento oriolano en este caso es el «incumplimiento de la obligación de identificar al conductor responsable de la infracción». El edil socialista reprochó al alcalde que «como él mismo dijo, los infractores, sean concejales o asesores, son quienes tienen que pagar la multa y esto no está ocurriendo porque cuando llegan las multas al Ayuntamiento, el PP no está identificando a los conductores, y acabamos pagándolas todos los oriolanos. Es el colmo del descaro», zanjó.