Es la noche más mágica del año y así se vivió en Orihuela. El cortejo real con Melchor, Gaspar y Baltasar, a lomos de sus respectivos dromedarios, cruzó ayer exultante las calles de la ciudad durante la tradicional Cabalgata del cinco de enero, que volvió a reunir a miles de niños y mayores. Se cumplió un año más la ilusión de poder ver de cerca a Sus Majestades y recordarles, aunque fuera con la mirada, que habían sido muy buenos y esperaban recibir los ansiados regalos.

El desfile partió desde el bario de las Espeñetas con una puesta en escena en la que participaron más de 250 personas agrupadas en diferentes bloques temáticos. Fueron Mowgli, el oso Baloo, la pantera Bagheeera y la manada de lobos del Libro de la Selva los que dieron comienzo a la fiesta bailando coreografías que recordaban la historia de ese niño que se crió rodeado de animales. Y animales de los de verdad también hubo en la Cabalgata, y muchos. Los figurantes emularon lo que podría ser un belén viviente en el que además de la Virgen, San José y el niño, se integraron diversos personajes como pastores con rebaños de ocas, bueyes, cabras y burros. También hubo asadores de castañas, lavanderas o panaderos y un grupo de niños cantando villancicos.

Los personajes entretuvieron a los más pequeños con sus canciones mientras aguardaban la llegada de los de Oriente. Los Reyes encontraron la ciudad, como no podía ser de otra forma, siguiendo a una gran estrella iluminada y acompañada de un grupo de jóvenes que bailaron en torno a ella vestidas de blanco.

La concejala de Festividades, Mariola Rocamora, siguió el paso de la comitiva desde el inicio hasta el final, preocupada por que todo saliera bien e incluso coordinando junto a la Policía Local el ritmo de la Cabalgata para que se luciera en todo su esplendor. Y no cesó en su cometido hasta que llegaron al tramo final las ofrendas de oro, incienso y mirra, que fueron transportadas por tres acompañantes de los Reyes Magos que, flanqueados por banderolas y con bandas de música, saludaron a todos los que quisieron vivir con ellos la noche más mágica del año.