Tensión por las lluvias en todo Orihuela que desembocó en sensación de alivio en el casco urbano principal y en lamento por la huerta en las pedanías. El episodio de gota fría en Orihuela alcanzó su punto álgido en la madrugada del domingo al lunes, tras desbordarse el cauce pasada la medianoche en el Puente del Rey y no fue a mayores el día de ayer pese a los temores iniciales.

La crecida se hizo notar en el centro de la ciudad ya en la madrugada del lunes. Superada la cota máxima de seis metros, la red de aguas pluviales, que desemboca en el Segura, no dio abasto, y el agua comenzó a salir por imbornales, arquetas y tuberías anegando el centro de la ciudad, sobre todo en la zona desde el Puente Nuevo al Puente del Rey, en el entorno del Teatro Circo, y en la Avenida Alfonso XIII.

Fueron los puntos más afectados, donde algunas cocheras quedaron completamente inundadas y el agua, en algunos casos, superó el metro y medio de profundidad.

No obstante, las infraestructuras vinculadas a otros puntos del cauce y las propias obras de reforma que concluyeron en 1997 pasaron el trago del temporal con un balance de daños leve. La sensación general entre los vecinos que acudieron a ver el agua al límite desde los puentes era que el cauce había pasado la prueba.

Sin embargo, en pedanías como Molíns, La Campaneta o barrio Mariano Cases, decenas de casas y cultivos fueron completamente anegados por el desborde del río y las acequias, lo que generó cuantiosas pérdidas.

Niveles al límite

El caudal en Orihuela, según la Confederación Hidrográfica del Segura, alcanzó los 180 metros cúbicos por segundo. El agua superó varios centímetros el nivel del cauce del Puente Nuevo, si bien no llegó a salirse, precisamente por la elevación del puente. Sin embargo, el temor a que ese efecto tapón provocase la crecida del río puente arriba, obligó a instalar maquinaria pesada para limpiar el cauce en el puente de cañas y basura para facilitar el drenaje del agua. Unas labores que se repitieron durante toda la mañana, hasta pasadas las dos de la tarde.

La misma situación se vivió en el entorno de La Plaza Nueva y la Calle San Pascual. En esta vía, los comerciantes levantaron pequeños tabiques de medio metro sobre sus comercios, ante el temor de que el agua inundara los establecimientos. En el único punto donde el agua sobrepasó la acera fue en la Plaza Nueva, que quedó cubierta de barro, pero no llegó a entrar en los establecimientos debido a que prácticamente todos poseen un portal a modo de escalón.

Esta situación obligó a aumentar el nivel de alerta del Plan de Inundaciones del 1 al 2, ante la previsión de una nueva avalancha de agua desde Murcia hacia el mediodía de ayer, que finalmente no se produjo.

Sin embargo, el nivel del agua obligó a cerrar al tráfico la calle San Pascual, el entorno del Teatro Circo, la avenida Alfonso XIII y parte del acceso al Puente Nuevo.

Las labores de achique fueron especialmente complicadas entre ambos puentes, teniendo en cuenta que el cauce natural de las aguas pasa por ir hacia el río, completamente colapsado. Un grupo de vecinos que trabajaba con una bomba comentó que habían podido sacar los coches, no sin dificultad, durante la noche mientras veían inundarse el garaje.

La ciudad quedó prácticamente paralizada en estos puntos, pues el comercio echó el cierre -la mayoría ni quiera llegó a abrir sus puertas-, hasta el punto de que hasta las entidades bancarias colgaron el cartel de «cerrado por inundaciones». Incluso la práctica totalidad del Centro Comercial Ociopía permaneció cerrado al público, ya que una de sus plantas es subterránea, si bien no se produjeron inundaciones en estos puntos.

Lo que también permaneció cerrado, al igual que lo hará hoy, fueron los centros educativos de la ciudad. El Ayuntamiento decretó ayer el cierre de colegios para dar margen a las brigadas a limpiar las calles, terminar de anegar el agua y restablecer el tráfico. Las actividades deportivas también quedarán suspendidas durante la jornada de hoy y volverán a la normalidad mañana, si no hay incidentes. Por otra parte, el mercado de Los Huertos se suspende hoy y se trasladará al próximo jueves 22 de Diciembre.

Precisamente este recinto, el de Los Huertos, fue utilizado desde la noche de domingo por centenares de vecinos que trasladaron hasta este punto sus vehículos desde las cocheras cercanas al río, por temor a que se inundaran. Una decisión que salvó muchos coches de las inudaciones que se produjeron en decenas de garajes y coches en el entorno del Segura. Muchos vecinos optaron por mantener sus coches a las afueras de la ciudad, motivo por el cual el mercado, que se concentra en Los Huertos, pasa a el jueves.

Durante la tarde de ayer, el nivel del agua fue bajando tímidamente, si bien en las zonas desbordadas, la normalidad tardará algo más en instalarse. Las casas de las inmediaciones del Puente del Rey no se evacuaron ya que los efectivos de Emergencias crearon una pared de arena que hizo que el agua no se adentrara más en el barrio. Algunos vecinos manifestaron haber abandonado sus casas por prudencia, aunque no usaron los refugios sino que acudieron a casa de familiares.Llovió más en la riada de 1987

Desde Emergencias, y así corroboraron varios vecinos, apuntaron a que la canalización tras la riada del 87 contribuyó a que la situación no pasara a mayores, si bien entonces se registraron precipitaciones de 311 litros por metro cuadrado en tres días frente a los 150 registrados desde este fin de semana.

El albergue instalado en el colegio Virgen de la Puerta, en principio para los vecinos del barrio de Mariano Cases, donde en principio reinó la preocupación por el posible desbordamiento de El Reguerón, concentró tan solo a una familia, dos adultos y dos niños, que se realojaron en casas de familiares en la mañana de ayer.

En esta pedanía, un coche tuvo que ser rescatado ayer al quedar atrapado en el puente de hierro por el elevado nivel de agua, según apuntaron los vecinos a este diario.

Donde también se produjeron daños materiales importantes fue en Orihuela Costa, «donde las playas prácticamente han desaparecido», muchas calles quedaron cortadas y hasta se registraron desprendimientos en los acantilados del litoral.