Miles de personas se acercaron ayer al nuevo recinto de mercados junto a la Avenida de Delfina Viudes para disfrutar de una jornada festiva con la excusa de la celebración del concurso de paellas. Pese a las dudas iniciales, el cambio de ubicación del acto de las fiestas patronales en honor a La Inmaculada se demostró efectivo. Sobre todo para los cientos de participantes que en otras ocasiones no habían podido integrarse en esta celebración por las limitaciones de espacio que presentaba el puerto de Torrevieja, su lugar tradicional de ubicación.

De los poco más de diez mil metros del «relleno» portuario, que se repartían por sorteo entre los solicitantes, los doscientos grupos inscritos -80 en concurso- pasaron ayer a unas instalaciones en las que se pudieron «explayar» a lo largo y ancho de 80.000 metros cuadrados que dieron para mucho. Los participantes instalaron sus carpas y sus tenderetes de mesas y sillas, organizados con 600 vallas, un escenario y un aparcamiento, el del parque acuático, que eso sí, se quedó pequeño a mediodía para acoger a la multitud congregada en torno a la fiesta de las paellas.

El grupo inscrito como «Sirla» se alzó con el primer premio del concurso de paellas de 2016, seguido de Los Pupis, con el segundo, Los Tiko Tiko para el tercer premio, Familia Trapo se lleva el cuarto, y Amolla El Mabre el quinto galardón. El premio especial «Francisco Gómez Gómez» recayó en Los Embarques, y el jurado, que lo tuvo muy difícil, estuvo presidido por Joaquín Guillamó, presidente de la Asociación de Hosteleros de Torrevieja y Comarca.

No faltaron las charangas en estas peñas festeras. Alguna de solera, como la histórica Peña Diana, pero muchas otras organizadas para este día. Todas con camisetas identificativas . Y, cómo no, las carreras de El Lobo, La Lily, y el Ogro con los cabezudos, que al son de La Charamita, el «ora pro nobis» y la «Serafina La Rubiales» terminaron de entusiasmar al personal entre «golpesico» y «golpesico».

Los vehículos ocuparon las calles adyacentes del polígono industrial Casagrande y el estadio municipal Vicente García.Pero muchos participantes echaron en falta que no se abrieran las puertas del recinto en la zona que lindaba con el estadio Nelson Mandela, lo que obligaba a realizar un rodeo importante, o entrar «de extranjis» por una zona de la valla que se ha caído en la prolongación de la avenida de Monge y Bielsa.

La falta de previsión en los accesos originó alguna que otra aglomeración ya que cuando caía la tarde y las peñas decidieron al mismo tiempo recoger, muchos intentaron entrar a la explanada con vehículo propio, como hicieron a primera hora, algo que los efectivos de Protección Civil y la Policía Local no podían permitir. Solo en ese momento se planteó la necesidad de abrir todos los accesos del parque. Algo que hizo la Policía Local. Quienes tenían ganas de continuar la fiesta se quedaron a oscuras, porque las torres de iluminación no se activaron. También generó algún problema la escasez de aseos provisionales. Los aseos fijos del nuevo mercado no estaban abiertos al cien por cien. La organización de la Concejalía de Fiestas se quedó corta a la hora de instalar aseos portátiles y las colas se sucedieron durante toda la jornada. No se esperaba a tanta gente.

Además de la actuación con homenaje a los ochenta sobre el escenario, en el recinto se dispuso de una zona de hinchables, y todavía había espacio para que los más pequeños pudieran jugar al fútbol, o la zona de juegos infantiles que hay en el propio parque.

¿Quién iba a pensar que la polémica inversión de más de cinco millones de euros planeada hace más de seis años para acoger grandes eventos y el mercado semanal iba a «estrenarse» con el concurso de paellas de las fiestas patronales? Hasta el tiempo,que ha concentrado la lluvia en los días previos, acompañó, y el sol se dejó ver ayer durante buena parte de la jornada, mientras que se calmaba el levante.