La junta de gobierno local del Ayuntamiento de Torrevieja decidió ayer dejar sobre la mesa la aprobación del gasto menor para la contratación de la redacción para la licencia ambiental del mercado municipal -la previa a la de apertura- de La Plasa, y la documentación técnica necesaria para proceder «a la legalización de las instalaciones de este mercado». La edil Fanny Serrano desveló además que al margen de los problemas legales de la planta baja, el edificio mantiene una planta ilegal que no aparece en el cálculo de las estructuras del proyecto. La concejal de Actividades argumentó ayer el expediente «quedaba sobre la mesa para mejor estudio» y recordó que La Plasa es «otro edificio municipal, como otros que nos hemos encontrado al llegar al gobierno» y que no estaban regularizados, en referencia a espacios como el Teatro Municipal, que sigue cerrado 15 meses después de su clausura, o el centro de la Tercera Edad de San Pascual, ahora en obras para garantizar que pueda recibir la licencia de apertura. El Ayuntamiento entiende que la seguridad de los usuarios del Mercado está garantizada y que ese permiso se puede tramitar en paralelo a mantener la actividad, algo que no ha autorizado en otros casos.
El expediente de ayer, quiso aclarar la concejal, se refiere exclusivamente a la planta baja, «no al resto de plantas que tienen otros problemas legales, que no se abordan en este supuesto». El argumento esgrimido ayer para dejar el asunto encima de la mesa es que «los trabajos se van a realizar por parte de los técnicos municipales, para evitar así un gasto externo extra». INFORMACIÓN pregunto ayer a la edil por si era necesaria la regularización de toda La Plasa. La edil respondió: «¿Hace falta demolerla? Sí ¿Debería haberse construido? No ¿Debería haberse construido como se ha construido? Tampoco ¿Debería haberse permitido que se construyera una planta que no está ni siquiera en el proyecto y que además supone un sobreesfuerzo para la estructura del edificio, y que puede poner en peligro a todo el mundo? Pues todo eso vas y se lo preguntas al (entonces alcalde) Pedro Hernández Mateo, que fue quien lo permitió (sic)».
Este diario preguntó si los usuarios que acuden al Mercado de Abastos están en peligro. La concejala tuvo que matizar entonces que «la gente estaría en peligro si se utilizaran las plantas superiores». Según la misma fuente «el arquitecto se ha cansado de repetir que él no acepta esas obras porque no son las que tiene proyectadas. Y todo lo que hay en la última planta no aparece en el proyecto y no aparece en el cálculo de estructuras (sic)».
El edificio de La Plasa se construyó en 1995. El Ayuntamiento adjudicó a una empresa la concesión por 50 años de la mayor parte del edificio -dos plantas superiores y una tercera, la ilegal, que albergó durante años unos minicines y el aparcamiento subterráneo a cambio de financiar la obra-. El municipio conservó la planta baja para el mercado. La concesionaria entró en concurso de acreedores muy pronto. El actual propietario de las plantas superiores, mayoritariamente un fondo de inversiones, no puede actuar ante el marasmo legal y urbanístico en el que se encuentra el edificio, aunque ha intentado venderlas.
