La Conselleria de Medio Ambiente inició ayer la Fase 2 del proyecto para la retirada de los miles de pinos secos afectados por la plaga del «Tomicus Destruens», un insecto que ha arrasado con prácticamente la totalidad de los árboles del monte oriolano y de buena parte de la comarca. Esta fase supondrá la eliminación de 11.000 ejemplares que se suman a los 60.000 retirados hasta el momento, según los informes realizados por la Conselleria a principios de este año. Los trabajos deberían haber comenzado a principios de otoño, pero el contrato no se ha formalizado hasta ahora.
Este diario trató ayer, sin éxito, de conocer cuánto invertirá la Conselleria en esta nueva retirada de ejemplares de la sierra oriolana. Lo que sí se sabe es que los operarios ya están eliminando los primeros ejemplares al otro lado del mirador de Orihuela, en la zona más cercana a la N-340. La cercanía de la vía ha hecho que se instale una malla protectora para evitar que los restos de los pinos acaben en la carretera, por lo que estos días los operarios efectuarán las talas de forma manual.
Desde el Consistorio apuntaron ayer a que a lo largo de esta semana llegará la maquinaria necesaria para agilizar los trabajos, la ya bautizada como «araña» que, con sus diversas «patas», es capaz de escalar la sierra y acceder a zonas de difícil acceso, que es precisamente la mayor dificultad en la eliminación de ejemplares secos. Esto se debe a la enorme pendiente, con una media del 50% pero que alcanza el 60 en las partes más próximas a las paredes de roca.
La falta de presupuesto para este año obliga a actuar tan solo en 14 hectáreas, de los once kilómetros de sierra afectadas por la plaga que están pendientes de subsanar. La población de pinos ronda los 800 pies por hectárea y más de un 20% de los ejemplares se trocearían y apilarían para frenar la erosión, según el proyecto que manejaba la Conselleria.
Así, desde el área de Medio Ambiente del Consell comienzan a hacer frente a las reivindicaciones que durante años se han lanzado desde el área homónima a nivel local. El edil Miguel Ángel Fernández celebró ayer la noticia y apuntó a que se trata de una labor necesaria debido al «riesgo que suponía para nuestra Sierra y los vehículos que circulan por la carretera próxima», ante posibles incendios.
Mediterráneo
El Ayuntamiento, por su parte, retiró en septiembre otros 1.200 pinos secos justo al otro lado de la Nacional donde se está trabajando ahora, en el entorno del Monte de San Miguel, de titularidad municipal. Ambas administraciones tendrán que trabajar ahora en la reforestación de la sierra tras las decenas de miles de pinos perdidos. La Conselleria ya anunció un plan que, si bien no repondrá la totalidad de ejemplares perdidos, servirá para devolverle a la sierra parte del verde perdido, con poblaciones autóctonas de cipreses y olivos, más resistentes al calor y a la sequía propias de esta zona del Mediterráneo.
