Conocí a Viviana Hunter hace seis años. Fue en Torrevieja. Se acercó a mí y me dijo: "Soy fan tuya". Nadie más me lo ha dicho en los diez años que llevo haciendo periodismo en la Vega Baja. Mujer comprometida con cualquier causa, de amplia sonrisa, positiva y convencida de todo lo que hacía, con el tiempo me di cuenta que aquel cumplido iba a ser uno de los pocos que recibiría. Acostumbrado como esta uno a que de vez en cuando le intenten sermonear los políticos, los valientes; porque los cobardes no lo hacen, encontrar una palabra amiga, y más la de un compañero de profesión al que aún ni conocía, tiene para uno un valor incalculable. Ahora mucho más.

Cuando supe de su enfermedad me quedé helado. Los que, por desgracia, ya hemos perdido a personas queridas por esta causa seguimos casi en un shock permanente en nuestras vidas porque sigues sin explicarte por qué ocurren estas cosas. Viviana nos deja un recuerdo imborrable a todos los que la veíamos en las ruedas de Prensa realizando siempre una pregunta inoportuna, la única que en la mayoría de ocasiones debería de estar permitida a un periodista. Lo hacía con la clarividencia de aquellos que entienden que esa debe ser su única intervención para con un político. Le guste a este o no. Y ese recuerdo tuyo siempre nos acompañará.