Coches mal aparcados en pasos de cebra y obstruyendo las rampas que son imprescindibles para los usuarios con movilidad reducida y conductores que no respetan los aparcamientos reservados a usuarios con discapacidad. Esas son las dos situaciones más comunes que cada día sufren los usuarios de la Asociación de Padres de Alumnos con Necesidades Educativas Especiales (APENEE), que mostraron ayer su particular «paseo por la jungla», por las calles de Torrevieja. Los usuarios realizaron un recorrido por las principales calles del centro de Torrevieja, y el resultado no puso ser más revelador.

Los agentes de la Policía Local que acompañaron la marcha pusieron varias multas a diversos vehículos por infracciones de este tipo: vehículos aparcados en plazas para usuarios con movilidad reducida sin la consiguiente tarjeta, otros en mitad de los pasos de cebra y bloqueando las rampas de acceso, y otros que aprovechan las esquinas redondeadas de las intersecciones, lugar habitual donde están las rapas para cruzar al otro lado de la calle para estacionar. De esta forma sirvió para constatar que la principal barrera que sufren este tipo de usuarios no es urbanística, ni de falta de infraestructuras -que también-, sino cívica, derivada de la falta de concienciación vecinal y respeto por los espacios destinados a este tipo de usuarios con necesidades especiales. Las multas de ayer sirvieron para dar un escarmiento a más de uno, el problema es que este tipo de comportamientos incívicos no son solo de un par de vehículos. Aunque lo de menos aquí es la sanción, pues aunque no les toque el bolsillo, el perjuicio que sufren aquellos que se topan con estas barreras es mayor. «Hasta que a uno no le toca no es consciente de la impotencia que siente el afectado, de ver que no pude cruzar, no puede maniobrar», y tiene que darse la vuelta o seguir caminando hasta buscar otro sitio por el que cruzar la calle, apunta Isi Albaladejo, la presidenta de APANEE.

Día a día

Sin embargo, cabe destacar que este tipo de conductas incívicas no solo afectan a usuarios con movilidad reducida, sino en el día a día de cientos de personas. Desde las que van con un carricoche con sus hijos y familiares, hasta las personas mayores que ayuden a hacer la compra con sus carros porque no pueden levantar peso.

APANEE cuenta con medio centenar de usuarios con diversas discapacidades, por lo que cada año realiza esta marcha por las calles de la ciudad para poner de manifesto esta situación y, por desgracia, deberán de seguir haciéndolo hasta que desaparezcan.