Los 434 hectómetros cúbicos que almacenan los embalses de Entrepeñas y Buendía garantizan en estos momentos los trasvases entre la cuenca del Tajo y la del Segura tanto de agua para beber como para el riego. A pesar de ello, y desde la promulgación del decreto de sequía, ha quedado en manos del Gobierno cualquier decisión al respecto y así se lleva haciendo desde hace meses. El memorándum que fija la cantidad mínima que tiene que estar embalsada en el Alto Tajo para autorizar los trasvases con el Segura, se situará en 2018 en un mínimo de 400 hectómetros. En estos momentos está en 332 y el año próximo alcanzará los 366. Castilla-La Mancha lleva desde el verano de 2015 reclamando el cierre del trasvase con base al descenso de aportes a estos pantanos, máxime cuando el agua embalsada bajó entonces de 400 hectómetros y queriendo adelantarse a las exigencias que marcará el citado documento a partir de 2018 en la relación entre las cuencas. REDACCIÓN