El Ayuntamiento de Guardamar del Segura ha gastado en los últimos ocho meses más de 6.000 euros en la limpieza de la desembocadura del antiguo cauce del río. A ese punto van a parar las aguas sobrantes del regadío de la Vega Baja a través de los azarbes, pero no solo llega agua, sino también envases de plástico, bolsas y cualquier residuo que se arroja a los canales. La Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) dejó de trabajar en esta zona en marzo y desde entonces la administración local se ha visto obligada a realizar los trabajos, aunque considera que no son de su competencia.

La última actuación de limpieza se llevó a cabo hace tan sólo dos semanas pero el lugar presenta otra vez un aspecto lamentable. El punto en el que se acumulan los residuos mantiene una pantalla flotante que evita, precisamente, que los desperdicios se filtren al río y se viertan en el mar. Pero hacen falta tareas periódicas de mantenimiento y la CHS ha dejado de realizarlas. Así, el Consistorio se está viendo obligado a alquilar maquinaria, pues precisa de una grúa con un brazo de varios metros capaz de llegar hasta donde están los desechos. Una vez que se extraen, los operarios municipales tienen la obligación de realizar tareas de separación en función del tipo de residuo, para luego derivarlo a los correspondientes contenedores. También tienen que extraer los animales muertos que a veces aparecen.

Para el alcalde, José Luis Sáez, la situación se está convirtiendo en insostenible porque considera que este trabajo compete a la CHS y no a la administración local. No obstante, el municipio se está viendo obligado a actuar por la imagen deplorable que presenta una zona por la que cada día transitan muchas personas que salen a pasear y al que acuden también los turistas. Además, el punto se encuentra en una zona ubicada muy cerca de un camping cinco estrellas.

Medidas adicionales

Sáez se queja por un lado de que la CHS no esté realizando el que considera que es su trabajo y además exige que se tomen medidas para que los regantes instalen en los canales de riego rejillas que impidan que los desechos vayan desplazándose por las acequias y azarbes. La Confederación anunció hace meses que obligaría a los agricultores a aplicar esa medida para hacer frente a la situación pero lo cierto es que hasta el día de hoy no parece que se haya hecho nada, puesto que los desechos siguen acumulándose al final del antiguo cauce.

La situación entre la CHS y los municipios de la Vega Baja por los que pasa el río Segura es cada vez más tensa. En los últimos meses los alcaldes se vienen quejando de la falta de actuaciones que la CHS antes sí hacía, como es la retirada de los lodos que se acumulan en el cauce a su paso por los cascos urbanos, o las tareas de limpieza y retirada de cañaverales para impedir que, en caso de lluvias torrenciales, se pueda producir un efecto tapón que acabe desbordando el río, pues no sería la primera vez que ocurre. Hasta ahora, ni Orihuela, ni Rojales, ni Benejúzar ni Almoradí ha conseguido que se atiendan sus demandas.