La propuesta del portavoz del PP y exalcalde Eduardo Dolón de ubicar el nuevo edificio de Agamed en «La Plasa», realizada en el último pleno, provocó una reacción entre irónica y de sorpresa entre las filas del equipo de gobierno. Sobre todo porque el líder de la oposición conoce de primera mano los problemas técnicos y legales que arrastra el edificio. Durante el anterior mandato el PP intentó impulsar el mercado de abastos subastando los puestos vacantes a precios de salida muy competitivos. Aunque hubo un número considerable de ofertas las iniciativas tuvieron escaso recorrido ante la imposibilidad municipal de llevar a cabo obras y actuaciones que hicieran del espacio comercial un polo de atracción de clientes, con tres plantas superiores vacías y abandonadas. Todavía durante ese periodo se planteó que la entidad bancaria responsable de la gestión comercial de buena parte de los locales de la primera y segunda planta, pudiera llegar a un acuerdo para instalar alguna actividad que se convirtiera en motor de todo el edificio. Todo sin cintar en ningún momento los problemas legalización, deficiencias y la atadura de la concesión. Incluso se planteó que ese espacio acogiera la sede de una de las principales asociaciones de asesoramiento a la comunidad nórdica de la provincia.
Pese a esos problemas la entidad bancaria ha puesto a la venta sus locales, sin advertir de la ausencia total de servicios -no funcionan ascensores ni escaleras mecánicas-, y de la inseguridad jurídica derivada de la concesión y ausencia de cualquier licencia municipal.
