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Torrevieja

¿Un frigorífico tránsfuga?

La edil Serrrano asegura que una nevera del inventario de Alcaldía ha terminado en el grupo del PP y la oposición lo niega

Imagen del Ayuntamiento de Torrevieja. Tony SEvilla

¿Dónde está la nevera de las dependencias de Alcaldía?. Marca Whirlpool. «Estado Bueno. Valorado en 128,24 euros». La Concejalía de Patrimonio del Ayuntamiento ha recibido un escrito de la edil de Urbanismo Fanny Serrano (PSOE) en el que reclama que constate si el grupo municipal del PP, en la oposición, se ha apropiado de forma supuestamente irregular de un frigorífico que, según el inventario de bienes municipales, epígrafe 8.4, se encontraba en las oficinas de Alcaldía durante los sucesivos gobiernos del Partido Popular, pero del que no hay ni rastro. «Desapareció» cuando la coalición de cinco partidos presididos por el verde José Manuel Dolón tomó las riendas del Ayuntamiento. Dicen que encontraron los despachos más limpios que el jaspe y, hasta hoy, nadie da noticias de su paradero. Las primeras pesquisas apuntaron a las dependencias que utiliza el grupo municipal popular en el mismo Consistorio como el destino al que fue a parar el dichoso frigorífico cuando se efectuó el cambio de gobierno hace ya más de un año, porque he aquí que en sus oficinas de trabajo cuentan los del PP con un frigo de lo más apañado. El pasado martes las ediles Serrano y Morate fueron directamente a los populares a preguntar si en sus despachos se encontraba el electrodoméstico de la discordia. Y ahí es donde empieza a liarse el palangre.

Serrano asegura que la exedil y colaboradora actual del grupo municipal Lola Sánchez, les confirmó que el aparato era efectivamente el de Alcaldía. Pero Sánchez, sin embargo, mantiene que se trata de una nevera aportada de forma particular por uno de los ediles del PP y que nada tiene que ver con la que está adscrita al inventario municipal. Afirman que lo que tienen «se lo ha traído» uno de sus concejales poniendo en práctica aquello de las tres erres, recoger, reciclar, reutilizar. Ni concejales, ni personal adscrito al PP aclaran dónde ha ido a parar el frigo del inventario, aunque apuntan que el dichoso frigorífico se estropeó en su día y hace tiempo que no daba servicio, cosa de la que no hay constancia documental. Y la concejal Serrano, que añade que la nevera que inspeccionó estaba «llena de cervezas» y sí era la del inventario, incide en que cualquier cambio en el inventario de bienes debe comunicarse de forma efectiva. Cosa que no ha sucedido. No es el primer desencuentro con el inventario municipal -que cualquiera puede consultar en la web municipal- entre el actual equipo de gobierno y el anterior. Hace unos meses el gobierno de izquierdas anunció un protocolo para evitar «pérdidas» que se dieron en el patrimonio local.

Las preguntas que se quedan sin respuesta para el ciudadano de a pie son muchas, y la imaginación se pone a trabajar. Es comprensible que después de tantos años en los mismos despachos, los populares se encontraran como en su propia casa. Pero ¿para qué hace falta un frigorífico donde trabaja el alcalde? ¿Para mantener frío el champán que rubricaba acuerdos y contratos millonarios en aquellos años de política «a lo grande» y eventos por doquier? ¿Tenía acaso un uso «social» y se reservaba para brindar con los novios en las bodas civiles? ¿O su destino, más modesto, era conservar el «tupper» con las viandas que el primer edil se lleva de su casa durante las largas sesiones de trabajo? Por otra parte, si había un frigorífico en la alcaldía y hacía su papel, ¿por qué se lo han llevado?. Y, sobre todo, ¿a dónde? El asunto no es baladí y, según se mire, podría afectar incluso a la credibilidad de la propia institución. Si desaparece un frigorífico y nadie sabe nada ¿qué puede llegar a pasar con una sencilla instancia? Mientras tanto cualquier pista es buena. La búsqueda continúa.

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