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Medio ambiente

El parque de las promesas, la joya de la corona

La Generalitat sigue sin distinguir al paraje como Parque Natural

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Sierra Escalona Sierra Escalonay la Dehesa de Campoamor no son un invento de los ecologistas, más bien de la naturaleza. Para entender cómo es posible que durante los últimos 20 años se ha podido producir un crecimiento urbanístico desmedido a su alrededor -que a día de hoy no cesa- y sobrevivir a él hay que coger unas botas de montañas olvidarse del tiempo y meterse entre pinos, escuchar el graznido de un ave, dejarse embriagar por el aroma del tomillo, el ulular del viento o sentir deslizarse a un reptil a pocos metros.

Hace quince años comenzó una aventura por su protección que a día de hoy no ha finalizado a fin de que se convierta en el décimo parque natural de la provincia de Alicante y en el vigesimotercero de la Comunidad Valenciana. Algo que ha sido una promesa desde hace más de diez años del político de turno. Las figuras de protección de que disfruta en estos momentos y sus posteriores ampliaciones han sido fruto de una necesidad por la defensa del medio ambiente y de, especialmente, de las rapaces que han hecho de Sierra Escalona un hábitat tan fantástico como único.

El paraje está cubierto de pinos carrascos, lentiscos y palmitos y es el más importante del sur de la provincia. Allí conviven matorrales y pastizales a lo largo de un relieve de media montaña que se extiende desde la Sierra de Carrascoy (Murcia) hasta Los Alcores (San Miguel de Salinas). Entre zonas de pinar y matorral y al abrigo de areniscas encuentran refugio muchas de especies de fauna singular. Destaca en Sierra Escalona el grupo de las aves de presa ya que se trata de una de las zonas más importantes para la dispersión juvenil tanto del águila perdicera como de la real, junto a Toledo, el Sur de Albacete y el sur de Cádiz.

Electrocuciones

Los datos de captura y electrocuciones prueban la presencia anual de decenas de águilas entre perdiceras (se han registrado al menos 21) y reales (7), cuya cifra de mortandad debe ser, por desgracia, mucho mayor. Pero hay mucho más: búhos reales, águilas culebreras o halcones peregrinos junto a chotacabras, alcaravanes, cogujadas, totovías, currucas o bisbitas. El informe que sirvió en 2009 para la ampliación de la ZEPA decía, entre otras cosas, que «para estas especies es una de las principales áreas de concentración invernal y dispersión en la Comunitat Valenciana, especialmente, en el caso del águila-azor perdicera».

Además, su proximidad a zonas húmedas litorales de gran interés, como las Salinas de San Pedro, las Lagunas de la Mata y Torrevieja o el Embalse de la Pedrera, enriquece notablemente la avifauna que se puede observar en la zona con, por ejemplo, cigüeñuelas, garzas imperiales y reales o martines pescadores.

Fue en 2001 cuando se declaró como Lugar de Interés Comunitario (LIC). Tres años antes, la Sociedad Española de Ornitología ya había catalogado la importancia de 24.000 hectáreas (entre la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia) como Área Importante para las Aves. Casi el 40% de éstas estaban en Sierra Escalona y la Dehesa de Campoamor. Cinco años más tarde de aquella declaración como LIC, en 2006, se le otorgó la etiqueta de ZEPA (Zona de Especial Protección de las Aves) y también se inició por la Conselleria de Territorio el expediente para su declaración como parque natural. Fue el 11 de septiembre en el Diario Oficial cuando la Generalitat Valenciana publicó el inicio del procedimiento. Al año siguiente se incluyó en la Red Natura de Espacios Protegidos y en 2009 se amplió la delimitación de lo que era la ZEPA. Después, en estos últimos siete años apenas se ha vuelto a saber nada más. Con la llegada hace un año de un gobierno progresista y un presidente como Ximo Puig, quien había mostrado sensibilidad por el paraje, todos pensaban que se aceleraría, pero no ha sido así hasta hace poco más de un mes.

Mientras que la Generalitat retoma este asunto, Sierra Escalona se enfrenta a un problema de primer orden porque existen intereses urbanísticos de primer orden en los tres municipios que lo acogen: San Miguel de Salinas, Orihuela y Pilar de la Horadada, aunque es el primero de ellos el que más preocupa a los grupos ecologistas por su poco control sobre los ataques que ha podido sufrir durante los últimos meses, más desde que se anuló el PGOU del municipio por sentencia del Tribunal Supremo, dando lugar a una situación de cierta indefensión.

El búho

En Sierra Escalona y su entorno se han localizado 44 territorios ocupados, aunque la población real no debe ser inferior a las 50 parejas, teniendo en cuenta las que fracasan al inicio del período reproductor. Se trata de una población de alta densidad, probablemente la mejor de toda la Comunidad y una de las más densas de su área de distribución mundial. Los búhos reales se reproducen en casi todos los cabezos y montes de la zona y llegan a emplazar sus nidos en el suelo, sin ningún tipo de protección.

Pero todas estas rapaces han encontrado aquí su hábitat por la población de conejos, que es básica para el mantenimiento de los ecosistemas mediterráneos. Diversas especies amenazadas dependen en buena medida de esta especie para su supervivencia. Ocasionalmente y a escala local su abundancia puede repercutir en importantes daños en la agricultura, sobre todo la de regadío intensivo. El conejo es un herbívoro que ajusta su ciclo reproductor a la disponibilidad de alimento y la temperatura. En la Sierra de Escalona, el pico reproductor comienza en primavera, estación en la que se produce un aumento considerable de cultivos. De hecho, los bajos valores detectados a final de invierno (febrero y marzo) parecen coincidir con la presencia de las hembras preñadas en las huras.

A partir del mes de abril comienzan los alumbramientos y se detectan los primeros gazapos que contribuirán progresivamente a aumentar la población en los meses posteriores. En otoño, época en la que vuelven a coincidir buenas precipitaciones y temperaturas suaves, se produce otro pico poblacional, aunque notablemente menor (quizás por efímero) que el detectado en primavera y verano. «La conservación de esta importante y singular población de conejo, debería ser prioritaria en las estrategias de gestión de Sierra Escalona», aseguran los ecologistas.

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