El equipo de gobierno de Callosa de Segura mantiene su intención de trasladar la Cruz situada frente a la iglesia Arciprestal de San Martín, como así se aprobó en el pleno del pasado 4 de marzo. Sobre todo, después de que el juzgado de lo Contencioso Número 1 de Elche acabe de desestimar las medidas cautelares presentadas por el entonces portavoz del Partido Popular, Javier Pérez Trigueros, ahora en el grupo mixto. Los populares solicitaban que la Cruz se mantuviera en su lugar mientras no se resolviera el contencioso que interpuso Pérez contra el Ayuntamiento para dejar sin efecto el orden del día del pleno que aprobó ese traslado.

El juez mantiene lo acordado en el pleno y rechaza las medidas solicitadas ya que «el recurrente no impugna el acto administrativo recurrido, pues éste se limita a señalar una convocatoria de sesión ordinaria del pleno de la Corporación municipal, sino el hecho de incluir en el orden del día previsto en esa sesión ordinaria, una cuestión que habría de ser discutida en la reunión convocada y en su caso, aprobada o rechazada democráticamente en cuanto a las decisiones a adoptar por parte de la Corporación».

El juez también rechaza la personación, que solicitaba Pérez, de la Iglesia y de las familias de las 81 personas cuya figura se recuerda en la Cruz, en el procedimiento contra el Ayuntamiento de Callosa de Segura.

El alcalde de Callosa de Segura, Fran Maciá (PSOE), pretende ahora, tras esta resolución judicial, cumplir con lo acordado en el pleno de marzo de trasladar la conocida como Cruz de los Caídos. El regidor ya ha enviado al Obispado las resoluciones judiciales que desestiman las medidas cautelares, ya que la intención es llevar el símbolo al cementerio del municipio, que al ser parroquial, requiere de su visto bueno. La decisión del gobierno callosino es firme y podría llevarse a cabo en unos días, a pesar de que la Plataforma Ciudadana en Defensa de la Cruz ha presentado más de 7.700 firmas para que el monumento se mantenga en la Plaza de España. Aunque el contencioso sigue su curso, Maciá asegura que, si lo pierde, volvería a llevar la Cruz al lugar que ocupa desde 1942.