Los vecinos de Cala Ferrís están dispuestos a defender a capa y espada el espacio protegido del palmeral y las dunas de cualquier tipo de construcción, y ayer lo demostraron. La plataforma «Salvemos Lo Ferrís» organizó una colorida protesta a la que acudió más de un centenar de personas, muchas disfrazadas de piratas, la mayoría niños. A la misma también asistió el concejal de Participación Ciudadana de Torrevieja, Víctor Ferrández (IU).

Los «corsarios» llegaron en tres kayaks y desembarcaron en la cala que da nombre al paraje, donde tomaron al «asalto» el que han llamado «muro de la vergüenza».Allí colocaron una pancarta con el lema «Por un uso público y protegido del palmeral».

Se trata de un vallado de hormigón y metal que a lo largo de 700 metros cerca la zona privada y atraviesa el sistema dunar e impide el paso al palmeral. «Una aberración» en palabras de los vecinos, que se oponen a que los propietarios puedan construir en esos terrenos, lo que actualmente no es posible ya que están clasificados en el PGOU como rústicos no urbanizables. Sólo el Ayuntamiento podría levantar esa prohibición, y no está dispuesto, como así trasladó el alcalde de Torrevieja, José Manuel Dolón, a uno de los representantes de Ferrís Hills, que propuso una cesión del espacio natural a cambio de reclasificar parte de los terrenos para construir. Se llevó un «no» rotundo.

De plataforma a asociación

Los vecinos, agrupados en la plataforma «Salvemos Lo Ferrís» se reunieron tras el simbólico desembarco y acordaron constituirse en asociación para poder así iniciar un camino en los tribunales contra la empresa que ha cercado el palmeral. Denuncian que el muro no respeta los 75 metros de deslinde. De hecho, dificulta el acceso a la cala. Los servicios de limpieza no pueden acceder.