Laura Tomás, la presidenta de Dinoco, el colectivo de padres de Orihuela que gestiona el servicio público de Atención Temprana, se vio obligada a dar su versión ayer sobre la situación con el Ayuntamiento de Orihuela después de que el alcalde, Emilio Bascuñana (PP), asegurara en el pleno del pasado jueves que había solicitado las cuentas sin que se las entregaran. El regidor también aseguró que no habrá una gestión directa por el Ayuntamiento, como pretenden los padres, porque no está dispuesto a acabar siendo denunciado en el juzgado. En el escrito que la responsable del colectivo envió a los medios de comunicación asegura que «el pasado 28 recibimos un correo electrónico de la asesora de coordinación en el que se nos solicitan las cuentas anuales del ejercicio 2015 indicando que es bastante urgente ya que tienen que rendir cuentas ante el pleno. Le respondimos que nos indicaran el motivo de tener que presentarlo a pleno, ya que nosotros tenemos que rendir cuentas a los socios de Dinoco. Su respuesta es que no creen que tengamos ningún problema en indicarles el total de ingresos realizados por el Ayuntamiento. Datos que tienen, ya que, desde 2015 facturamos el importe del convenio de 2014 pero en 24 facturas. Respondemos que necesitamos saber qué necesitan exactamente. El mismo día del pleno, a las 17 horas, responden que las cuentan anuales, cuentas de resultados y de comprobación. Ante esta serie de correos, como es lógico, consultamos con nuestros asesores y su consejo es que hasta que no tengamos un requerimiento donde se especifique lo que quieren exactamente, no podemos enviar ningún documento».

Según los padres, «nos parece inadmisible que se cuestione si Dinoco tiene algo que ocultar. Vergüenza les tendría que dar decir eso cuandos abren perfectamente que los importes facturados por prestación de servicios es por el mismo importe que en el convenio de 2014. Que ahí no se contemplan subidas de trabajadoras ni las posibles bajas médicas que hayamos tenido que cubrir. Vergüenza tendría que tener cuando insinúa eso y sabe perfectamente que sus retrasos en los pagos nos generan recargos a la Seguridad Social. Y más vergüenza les tendría que dar cuando a fecha de hoy nos deben cuatro facturas por importe de unos 76.000 euros».