El edil de Hacienda, Rafael Almagro, protagonizó un rifirrafe con un ciudadano de Orihuela Costa que elevó varias cuestiones al pleno al inicio de la sesión. Este vecino trasladó las necesidades de aumentar el transporte entre casco urbano y pedanías, ya que tuvo que acudir en coche a la sesión al no haber lineas de vuelta por la tarde, y regaló un libro al alcalde para reivindicar un centro cívico en la costa, «el primero de su futura biblioteca». Las primeras palabras de Almagro fueron de reproche: «Se declara muy ecologista pero no se levanta a guardar un minuto de silencio por las víctimas de violencia de género», le espetó. Y este le contestó: «Se lo explico: Me parece muy bien el minuto de silencio, pero lo que se debería hacer es quitar los carteles de prostíbulos de Orihuela Costa. Más acciones y menos simbolismos». Tras esto, se le quitó la palabra sin dar respuesta a sus cuestiones. i. j. iniesta