El vehículo que vigilará que se respeten las plazas de aparcamiento para los residentes salió ayer por primera vez a la calle. Cuenta con un sistema que lee las matrículas y comprueba si figuran en la base de datos municipal. En ese caso, no hay multa (el importe es de 40 euros). El edil Francisco Sáez aseguró que hasta el 1 de julio no se sancionaría a nadie porque hay en tramitación las peticiones de más de 100 vecinos para disfrutar de la zona naranja.