El alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana (Partido Popular), se refirió ayer al retraso en la apertura de la circunvalación del municipio cerrada por las obras del Ave y aseguró que ésta se debe en parte a algunas de las chapuzas detectadas por la Generalitat, que, si no se subsanan, hacen imposible su apertura, lo que estaba previsto para final del mes que hoy concluye. .

Entre ellas, destaca uno de los puentes que ha quedado prácticamente a ras de lo que tendría que ser la calzada. El regidor hizo estas declaraciones después de mantener el pasado miércoles una entrevista con responsables de la Generalitat en Redován, aprovechando la inauguración de una rotonda, lo que ayer le dio pie a declarar que la comarca de la Vega Baja tiene otras necesidades más perentorias que, por ejemplo, «abrir una televisión en valenciano», recordando que apenas se habla en toda la comarca.

El regidor, en un tono mezcla de política pero también de sentido común, aseguró que de una vez por todas es necesario que «alguien vertebre la comarca y la mayoría de ciudadanos preferimos también que antes de rescatar los hospitales de gestión privada de la Comunidad Valenciana nos esperemos a que expire el contrato. Que no se gasten dinero de la comarca en eso. Si, después, no quieren renovar la concesión, que no se haga».

Priorizar

Bascuñana dijo que había que priorizar las necesidades y recordó que las comunicaciones son probablemente una de las grandes deficiencias que se están sufriendo. «Tenemos que solucionar cosas y es mejor que no se gasten ni un duro o por lo menos la parte alícuota que nos toca» en proyectos como el de la televisión y la rescisión de hospitales. El regidor añadió que el dinero que existe para la Vega debería destinarse a prioridades como «la mejora de la carretera CV-95 o la conexión a la costa. Creo que es un tema en el que vamos a tener que trabajar con uñas y dientes y tendremos que estar unidos para que sea una realidad. Desde el año 95 ya son 21 años (los que está esperándose la mejora de las comunicaciones) y, si no nos movemos, no lo verán ni nuestros nietos».