El concejal de Obras y Servicios y Cultura, Alejandro Blanco (Sueña Torrevieja) está en nómina de una empresa de administración de fincas de la que no consta que cuente con licencia de actividad. El local está situado en al calle Benijófar, en el barrio de San Roque. El pleno ordinario de hoy jueves dará cuenta de un decreto de archivo de la petición de licencia que realizó esta el 23 de abril de 2008 y que se liquida ahora, ocho años después, por carecer de instancia de licencia ambiental, copia del pago de las tasas y por ausencia del proyecto básico de la instalación. La oficina estaba abierta ayer y ha estado activa, al menos, desde 2008. El concejal Alejandro Blanco, que cobra un sueldo de dedicación parcial en el Ayuntamiento -por lo que puede ejercer otras actividades fuera del Consistorio-, explicó que en su día estaba ligado a la mercantil como socio, pero que desde hace años sólo recibe una nómina.
Blanco mantuvo que, en función de esa vinculación, es decir, al no ser socio, desconocía si el local contaba con licencia aunque recordaba que se inició su tramitación y lamentó que fuera motivo de interés periodístico. El edil hizo constar que era socio de dos empresas y que estaba en nómina de esta tercera en su declaración de intereses, al llegar al cargo en junio de 2015.
En 2008, la tramitación de licencias de apertura era competencia de la Generalitat y tardaba en resolverse un año. El archivo de ahora se corresponde a la depuración de todos los expedientes abiertos sin resolver de aquella época, que inició el área de Urbanismo y Actividades este mandato, y encontrarse con una situación caótica desde el punto de vista documental, con cientos de expedientes sin resolver, en varias materias, y desde hace años.
Este diario ha tenido constancia de que la empresa volvió a solicitar en 2012 la autorización, en este caso bajo otra fórmula de la legislación autonómica, la de comunicación ambiental, impulsada para incentivar la apertura de nuevos negocios, y no le fue concedida al detectarse deficiencias en las vías de evacuación y en el acceso -con escaleras en la puerta principal-. En 2012, también comenzó a implantarse una tercera y última vía, mucho más ágil, para lograr la ahora denominada licencia de actividad, bajo el criterio de solicitud responsable, que para actividades sencillas, como es el caso, tan solo requiriere de la presentación de un proyecto y el pago de tasas. Pasado un mes, si el Ayuntamiento no ha realizado una inspección, se pueden abrir las puertas.
Clausuras
La situación de este local no deja de resultar polémica. La gestión del área de Actividades, desde que la asumió el nuevo gobierno, ha sido implacable con las irregularidades manifiestas, en especial en locales de pública concurrencia. Fue el caso de los cierres de la discotecas Vela Beach y 222, secundados por el Consell, varios chiringuitos playeros o un taller de calafates en el Acequión, entre otros, por no cumplir las condiciones mínimas, y en especial, desde septiembre pasado, el Teatro Municipal, cerrado por carencia de licencia de actividad, pendiente recibirla por las carencias de seguridad que presenta.
