El alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana (PP), tuvo ayer que repetir una votación y echar mano entonces de su voto de calidad para deshacer un empate (11-11) después de que Ciudadanos (tres ediles), el partido que le da la gobernabilidad, se desmarcara de una moción de Pepa Ferrando (Foro) para que el equipo de gobierno entregue a la oposición una copia del borrador de presupuestos del que sólo conocen lo que leen por la Prensa. Y, aunque el edil de Hacienda, Rafael Almagro, aseguró en su intervención que en el presupuesto hay poco que ver entre recortes y regla del gasto porque «no nos ha tocado la lotería»; Ferrando aprovechó la suya para sacar una batería de contratos a dedo que durante los últimos meses ha ido adjudicando el equipo de gobierno y de los que dudó sirvan para algo. De hecho utilizó la expresión: «asesorías inútiles» para referirse, por ejemplo, a que se paguen diez mil euros para saber los clientes potenciales del AVE, algo que quizá sea trabajo de Adif, expresó.
López-Bas comenzó pronto ayer a brillar en un pleno que parece hecho a su medida porque casi siempre que interviene lo hace para aportar sensatez, aunque en algunos momentos parece que dé clases al resto o realice intervenciones que el alcalde no se atreve a cortar, incluso, cuando llega a usar un tono casi amenazador. Así, por ejemplo, le dijo varias veces a la edil Marta Guillén (Cambiemos): «sea valiente y dígalo» -cuando esta se había referido a la corrupción- para añadir al no recibir contestación con tono despectivo: «Así se retrata».
Pero su capacidad de convicción es tal que en algunos momentos varios ediles del PP llegan a acompañar sus explicaciones asintiendo con la cabeza como si el que hablara fuese su portavoz. De este modo, volvió ayer a dejar claro que si él y su grupo han visto el presupuesto que se le niega al resto es porque han firmado un acuerdo de gobernabilidad y «es nuestro privilegio y su problema (dirigiéndose a la oposición) porque no han llegado a acuerdos políticos y este (refiriéndose al PP) es un gobierno en minoría». Así le contestó a Karlos Bernabé, quien segundos antes le había dicho al equipo de gobierno -más que a Ciudadanos- que si tenían algo que ocultar cuando no les dan el borrador. Minutos después, en la réplica, Bernabé estuvo ágil recordándole al portavoz de C's, que en definitiva era su contrincante político, que tener acceso a ese documento y por el cual el Ayuntamiento ha tenido que pagar a una asesoría externa 20.000 euros no es un privilegio, «es un derecho y más en un gobierno que se dice transparente».
Interventor
El edil de Hacienda, Rafael Almagro, aseguró también que el presupuesto está desde enero en el despacho del interventor, dejando entrever que si no se ha llevado a pleno no es algo achacable al equipo de gobierno. Como aquella fue la última intervención del punto nadie le pudo contestar que todo lo que pase de puertas adentro del Ayuntamiento sí es de responsabilidad de los que mandan, ya bien sea por acción o por inacción. Llegados a la votación, Ciudadanos, el partido privilegiado por verlo, se descolgó del PP y obligó al alcalde a utilizar su voto de calidad para que la iniciativa de Ferrando no saliera adelante.
La sesión se fue alargado y eso que hace unos meses se acortaron los tiempos de intervención, lo que no evitó seis horas de debates donde los asuntos que prosperaron o los que se planteaban se podrían considerar menores si el pleno se entiende que un órgano para marcar directrices y fijar la gestión de Orihuela. En cambio, es posible ver a concejales intentando justificar lo que hicieron el anterior mandato y a otros aprobar cuestiones que podrían considerarse menores, como que la Generalitat haga proyectos con el sobrante del centro de salud del Rabaloche (Ciudadanos), algo que se plantea a raíz de una frase que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, dijo en su estancia en Orihuela; o que se protejan y cataloguen los árboles históricos (Cambiemos). Mientras otras, de algo más de calado, como la de poner en marcha un Instituto del Patrimonio de Orihuela (Foro) son desechadas por venir, en parte, de quien vienen. Precisamente la portavoz de esta formación se ha convertido en un blanco fácil del equipo de gobierno por su imputación. Ayer Almagro volvió a recordarle que «se pasea dando explicaciones por los juzgados» como mejor respuesta a las críticas de Ferrando sobre qué se hace con el dinero público.
Y, también, como era de esperar, el PP evitó que la oposición pudiera airear en un pleno la gestión para el Mercado Medieval que ha llevado la concejala de Festividades, Mariola Rocamora. Lo hizo negando la urgencia de una iniciativa que iba dirigida a pedir su dimisión o cese por parte del alcalde. Igual todavía pueden presentarlo en el próximo pleno porque el asunto no está resuelto.
