El derrumbe de las bovedillas en una vivienda de un edificio de ocho plantas en Callosa de Segura obligó ayer a desalojar la totalidad del inmueble ante el riesgo de que se produjesen nuevos desplomes, por lo que 15 familias, unas 50 personas, se quedaron en la calle al no poder regresar, por el momento, a sus casas. Se da la circunstancia de que el edificio ya se encontraba en plena fase de rehabilitación tras haberse detectado aluminosis, circunstancia que ha sido determinante para que tanto el técnico municipal, como el propio jefe de obra encargado de la rehabilitación, tomasen la decisión de desalojar el inmueble tras una revisión conjunta tras conocer el incidente.

El suceso tuvo lugar a media mañana en el número 9 de la calle José Canales Cascales de la localidad, sin que, afortunadamente, se registraran heridos por el derrumbe en el cuarto de baño de la vivienda. De lo que no se libraron los cerca de 50 vecinos que residen en el edificio fue del enorme susto y el desconcierto de tener que abandonar, de pronto, sus casas. La Policía Local, en coordinación con Protección Civil, colaboró con los residentes en el traslado de sus pertenencias, ya que los técnicos permitieron, al menos, que pudieran retirar de las viviendas sus objetos personales más necesarios, hecho que se completó alrededor de las 18.30 horas, cuando el edificio quedó completamente precintado.

Esta circunstancia originó que Cruz Roja pusiera en marcha un dispositivo de urgencia para levantar un albergue en el Polideportivo Municipal, donde las 15 familias afectadas pudieran pasar la noche. Si bien una parte de ellas buscó refugio en casa de familiares y amigos donde poder dormir, lo cierto es que «muchas familias, alguno de ellos extranjeros que no tienen a nadie, no tienen un sitio donde ir, por lo que hemos cedido este espacio municipal, el tiempo que lo necesiten», apuntó la edil de Urbanismo de Callosa, la socialista Asunción Miralles.

Así, Cruz Roja proporcionará camas y mantas para poder pasar la noche, mientras que el alcalde de la localidad, Fran Maciá (PSOE), quien acudió ayer al polideportivo con parte de la Corporación, se comprometió a colaborar en todo lo necesario, tanto en buscar un alojamiento definitivo para los afectados como a suministrar alimentos y otros materiales necesarios para el funcionamientos del albergue, que permanecerá habilitado como mínimo hasta mañana.

Apuntalamiento

Tras la visita al inmueble tanto de un técnico municipal como del jefe de obra de la empresa encargada de la rehabilitación del edificio tras haberse detectado aluminosis, esta última procederá al apuntalamiento del inmueble, por seguridad, que comenzará mañana. El siguiente paso, ahora, será comprobar la seguridad del edificio con el fin de garantizar que no se produzcan nuevos desprendimientos, si bien sus habitantes no podrán regresar a sus casas hasta que toda la reforma del inmueble se haya completado. Actualmente, se ha instalado un vallado de seguridad y mallas protectoras, por precaución.

Pese a que el desprendimiento tan solo se produjo en un baño de una de las viviendas de las primeras plantas, toda cautela es poca, teniendo en cuenta la afección por aluminosis y el hecho de que se trata de una construcción muy antigua, según confirmó la concejal de Urbanismo.