Son muchos los vecinos que se han visto obligados a instalar sistemas de seguridad en sus viviendas para tratar de ahuyentar a los ladrones, sin éxito. Un matrimonio, tras el enésimo robo, instaló una alarma con cámara, pero no pudieron evitar otro asalto más hace apenas dos semanas, y con ellos dentro. El siguiente paso ha sido recurrir a las armas para tratar de asustar a los asaltantes, pues también temen por su integridad física.