Está elaborada a partir de una receta que nació en una casa del municipio Bigastro y se presenta como un homenaje a algunos de los productos agrícolas más característicos de la tierra. Un vecino de la Vega Baja ha elaborado una línea de ginebra cuyo signo distintivo es la incorporación de botánicos como uva monastrell cultivada en la localidad de Pinoso, naranjas y limones de Orihuela y romero de los montes de la provincia. La combinación busca que el sabor y el aroma de esta bebida espirituosa cautive al catador que deguste el que probablemente sea el gin-tonic con más sabor alicantino.
El impulso de apostar por la producción de esta nueva bebida alcohólica la tuvo José Antonio Esquiva, un carpintero bigastrense de 48 años que con la crisis y la falta de trabajo dedicó parte de sus ratos libres a investigar por su cuenta mezclando diferentes botánicos para crear un producto diferente al que existe en el mercado.
«Empecé a hacer pruebas en casa y es como hacer una paella, al principio no te sale muy buena, pero al final dí con una receta que me gustó. Poco después se la dí de probar a mis amigos y también les gustó mucho», explica el productor.
La necesidad de buscar nuevas formas de llevar dinero a casa «porque ya sabemos como está el tema de la construcción, que era de lo que yo más vivía», fue lo que le hizo plantearse más en serio la idea. Lo que empezó casi como un entretenimiento podía acabar siendo una forma viable de ganarse la vida. Y una vez llegado a esa conclusión, lo mejor era ir probando con productos de la tierra alicantina para que si finalmente llegaba a producir a gran escala fuera más fácil conseguirlos «y se pusiera en valor lo que aquí tenemos, que es de una gran calidad».
Porque según considera, «no hace falta ir a recoger productos en cada parte del mundo para elaborar una buena ginebra ya que en la provincia tenemos productos suficientes».
Producción
Y así fue. Para empezar pidió información a la Federación española de bebidas espirituosas y le pusieron en contacto con algunas destilerías de la provincia. Descartó la idea de producirlo en instalaciones propias debido a que precisaba una gran inversión económica imposible de afrontar. Finalmente el producto empezó a gestarse en una de esas empresas ubicadas en la ciudad de Alicante. En total han sido más de ocho meses los que Esquive ha estado haciendo pruebas para tratar de ajustar la receta, puesto que según indica, no basta con multiplicar los ingredientes en función de la cantidad de litros que quieras producir.
El resultado, según prosigue el productor, es una «ginebra de autor que es un homenaje a Alicante». En principio ha elaborado una producción de 500 botellas y, si las ventas van como espera, tiene previsto realizar otra tirada de 8.000 botellas más, «pero no será hasta la próxima vendimia de uva monastrell, porque la esencia de esta ginebra es seguir usando el producto alicantino».
