Las bicicletas tomaron ayer las calles de Almoradí en la fiesta más amena y divertida sobre dos ruedas que alcanzó su novena edición con más de 550 inscritos, organizada por el Club Ciclista de Almoradí. Disfraces, vehículos adornados y decorados hasta convertirlos en carruajes y otras genialidades plasmaron la imaginación y el buen humor de los participantes que realizaron lo que podría calificarse como un auténtico desfile por las calles de la ciudad hasta llegar a la pedanía de El Saladar.

Los participantes realizaron un trayecto de unos ocho kilómetros con el fin de fomentar e inculcar entre los vecinos la importancia de apostar por un transporte sostenible en la ciudad, además del propiamente deportivo de las bicicletas.

Además, se realizaron numerosos concursos y actividades durante toda la mañana en los alrededores de la Plaza de la Constitución con el fin de convertir la cita en una jornada de convivencia familiar. Así, además de entregar los premios de un concurso de dibujos en el que participaron niños de toda la localidad gracias a la colaboración de los centros educativos, y cuyos ganadores consiguieron, como no podía ser de otra manera, una bicicleta.

Carrera de cintas

La carrera de cintas fue otra de las actividades que amenizó la jornada. Los participantes, montados en bicicleta, tuvieron que conseguir las cintas que colgaban de las anillas con un palo, y que contenían regalos sorpresa en su interior, apuntó el organizador del evento, José Antonio Gómiz.

En cuanto a los disfraces, el público decidió los mejores por votación popular. Un pirata fue el ganador del concurso, mientras que la bicicleta mejor decorada fue con motivos indios. La misma temática siguió la bicicleta más original, que fue para una especie de carruaje indio, apuntó Gómiz.