Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

San Miguel de Salinas

Sin noticias de Koría, retenida en el desierto cinco años

Los padres de acogida de la joven, de la que no se sabe nada desde que visitó a su familia biológica, reclaman ayuda para localizarla

Sin noticias de Koría, retenida en el desierto cinco años

La casa a la que llegó Koria fue la de Bienvenida y José Vicente, que en esa escala tan difícil de la solidaridad han de conformarse con el rango de familia de acogida, pero en la del cariño y la preocupación alcanzan por exceso el rango de padres. De ellos parte una insistencia a prueba de obstáculos legales y de silencios cuyo único objetivo es que Koría, que ahora tiene 22 años, pueda recibir la atención médica que necesita por sus problemas de salud y, sobre todo, decidir.

Porque Koría Badbad Hafed, que debería haber terminado segundo de bachiller y estar en la universidad como era su voluntad, que emprendió junto a Bienvenida y al hijo de ésta el viaje al campamento de refugiados de Tinduf para visitar a su familia biológica, no ha tenido la oportunidad de decidir si quería quedarse junto a los suyos o regresar para seguir formándose con estudios universitarios.

La historia de esta joven saharaui no es diferente a la de otras jóvenes que llegaron como niñas de esos programas de «vacaciones en paz» que todos los veranos enciende en muchos hogares de la Comunidad Valenciana la llama de la solidaridad con el beneplácito del Frente Polisario. Para algunas de estas niñas sin embargo las vacaciones se convierten en estancias de larga duración en las que, después de unos años donde las familias de acogida españolas favorecen su desarrollo, formación y educación, las retiran de este entorno aprovechando las visitas familiares que las jóvenes realizan a los campamentos y no les permiten volver a verlas ni, por supuesto, regresar a España.no les permiten volver a verlas ni, por supuesto, regresar a España.

Se habla de privación de libertad y de retenciones en contra de la voluntad de estas jóvenes. En realidad son secuestros de mujeres que se camuflan entre lazos consanguíneos e intereses políticos ante la indiferencia de los dirigentes del Frente Polisario, sobre los que recae en última instancia la responsabilidad. Después de favorecer las estancias en nuestro país, con el inicial desgarro para estos niños que se ven separados inicialmente de sus familias biológicas, propician una nueva separación y un nuevo desgarro emocional con las familias de acogida. Y en la dureza del desierto argelino, donde una cabra tiene infinitamente más valor que la voluntad de una mujer, las jóvenes se convierten en el anclaje para que los hombres sigan siendo nómadas del desierto -en vez de emigrar a la ciudad- y en la fuerza reproductiva que alumbre una generación más que mantenga viva la idea de pueblo saharaui.

Pero en el caso de Koría hay elementos que convierten su regreso a España y a San Miguel en una cuestión de vida o muerte. Con Bienvenida y José Vicente estuvo diez años recibiendo la atención médica continuada que una anemia crónica y su cardiopatía necesitaban.

Comprometidos

No se cansan de decir ambos, comprometidos siempre con la lucha de este pueblo sin patria, que en ese tiempo recibió la atención médica necesaria en un ambiente de escrupuloso respeto a su cultura madre, «sin desligarse nunca de su familia, de sus costumbres, sus orígenes o sus creencias, y manteniendo su identidad».

Por eso, cuando tras una visita a Tinduf desapareció la joven con 17 años sin más explicación a su familia de acogida por este cambio de custodia y sin que ésta pudiera entregar la historia clínica de Koría, sus «padres» sanmigueleros comenzaron una lucha que hasta hoy se resume en dos mensajes de la joven.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats