Pablo Vidal aún recuerda cuándo su padre lo hizo socio del Casino Orcelitano, una institución que se creó en 1876 y ha cumplido los 139 años de historia. Él, por lo que cuenta, no era un devoto de la actividad social que allí se desarrollaba -«yo era muy rebelde», sentencia-, pero hace seis y casi de rebote, comenzó a tomar partido por una sociedad que precisaba de cambios para recuperar el esplendor y convertirse en un lugar de referencia, otra vez, de Orihuela. Con un proyecto de apertura de un establecimiento de alta gastronomía que ha permitido obtener fondos para una remodelación de las instalaciones y 158 socios lo que tiene por delante no será ni fácil ni a corto plazo y esto no será tanto cuestión de lo que cueste la cuota sino de lo que el Casino Orcelitano pueda ofrecer a los ciudadanos como alternativa a su tiempo libre.
Una conferencia esta semana a cargo de Nicolás Pascual de la Parte, embajador representante de España en el Comité Político y de Seguridad de la Unión Europea, o la presentación de un cuadro del caricaturista Alfonso Ortuño, que un socio cederá al Casino, sólo ha sido el aperitivo del interés de este presidente de 42 años que ha cumplido su primer año en el cargo y en el segundo se marca completar los proyectos previstos para estos cuatro años y acortar los plazos de una deuda que tampoco es que ahogue, ni mucho menos, a la institución.
Desde la gastronomía a la política, las actividades se sucederán durante los próximos meses, pero llama la atención el hecho de que haya convencido al Síndico del Oriol 2015, Francisco GiménezSíndico del Oriol , en un proyecto que sacará algunos de los fantasmas de la ciudad y que se denominará «Tertulias con el Síndico». Vidal, como muchos otros -Emilio Bascuñana o Juan Ignacio López-Bas, por poner dos ejemplos- recibió clases en Santo Domingo de Francisco Giménez y a este buscó tras su reciente jubilación para darle un quehacer y una actividad.
Tormenta
«Los oriolanos sabemos los problemas que tenemos, pero no les ponemos solución», asegura. Con esta tormenta de ideas que pretende que nazca con «Tertulias con el Síndico», desde las obras para implantar el tren de Alta Velocidad Española (AVE) hasta qué quiere Orihuela para su Plan General de Ordenación Urbana -que ronda los cajones desde hace más de cinco años-, o cómo tiene que acometerse el mercado turístico y qué se está haciendo bien y qué mal, el Casino va a poner en marcha una especie de mesa redonda, una tormenta de ideas, en las cuales no sólo contará no sólo con políticos sino con expolíticos -David Costa, o Miguel Ángel Robles, y contando con buena parte de los ediles del equipo de gobierno o de la oposición como Karlos Bernabé (Cambiemos Orihuela)- también con responsables de otros estamentos de la ciudad, comenzando por la siempre inquieta Cámara de Comercio y acabando por el exprofesor y periodista Juan Antonio Muñoz Grau. Con todo ello pretende eso tan difícil de cambiar Orihuela o, al menos, que esta mire de frente a sus problemas y se reconozca en ellos.
