El Ayuntamiento de Redován contrató durante el pasado fin de semana a una empresa de recogida de residuos distinta a la que tiene adjudicada el servicio -la mercantil Sirem- debido a que según el consistorio la concesionaria no retiró la basura de los contenedores ni viernes ni sábado, cuando la planta de Abornasa (Crevillent) estaba ya cerrada y la basura se debía de trasladar a Villena. La medida de urgencia fue aprobada por el gobierno local para evitar el colapso y viene a ser una consecuencia directa del aumento del precio por tener que desplazar la basura hasta Villena, un sobrecoste que ni el Ayuntamiento ni la mercantil quieren asumir.

Mientras el Ayuntamiento, gobernado por Emilio Fernández, defiende que la empresa adjudicataria del servicio de basuras tiene licitado el servicio de eliminación y por lo tanto entiende que debe de buscar un vertedero autorizado para depositar los desechos, la mercantil cree que es el consistorio el que, tras el cierre de Abornasa, debe indicarles dónde debe verter los desperdicios. Pero esa indicación podría acabar perjudicando en términos económicos al Ayuntamiento porque al señalar a la empresa dónde debe de verter, ésta podría acabar reclamándole el sobrecoste por trasladar las basuras más de 80 kilómetros.

La tensa situación vivida durante el fin de semana llegó al punto de que mientras la mercantil contratada de urgencia para retirar las basuras se dispuso a hacer su trabajo, un representante de la adjudicataria aparcó su coche frente al camión para evitar que pudiera vaciar los contenedores.

Este hecho dio lugar a que incluso tuviera que intervenir la Policía Local, que amenazó con detenerlo, aunque finalmente retiró el vehículo. Ayer el Ayuntamiento de Redován no sabía si Sirem recogería la basura o si tendría que tener que llamar de urgencia de nuevo a otra empresa para evitar que quedase acumulada.