El Ayuntamiento de Villena mostró ayer su «rotundo rechazo» a que el municipio reciba los residuos de la mayor parte de municipios de la Vega Baja tras el cierre de la planta de Abornasa, en Crevillent el pasado jueves, y que obligó a buscar el viernes una solución transitoria que se prolongará, al menos, hasta mañana.

Tras decretar esta medida, el secretario autonómico de Media Ambiente, Julià Navarro, apuntó a que el lunes se retomarán las negociaciones para establecer una solución definitiva. El cambio de ubicación supone un aumento en el recorrido de los camiones de hasta 80 kilómetros, sobrecoste que tendrán que asumir cada uno de los Ayuntamientos afectados. En el caso de Orihuela y Torrevieja, estos municipios ya llevaban sus residuos a Xixona y Elche, respectivamente, aunque en el caso del término municipal oriolano pasaban primero por Abornasa, que actuaba de planta de trasferencia. A excepción de algunos otros, como Pilar de la Horadada, que llevará sus residuos a Murcia, la gran mayoría de municipios acabarán con sus basuras en Villena.

El Consistorio villenense no está por la labor de asumir las consecuencias de «la falta de cumplimiento de la administración del Partido Popular del Plan Integral de residuos y del funcionamiento de los planes zonales». Y es que el anterior ejecutivo del PP concluyó la legislatura sin constituir el Consorcio de Residuos de la Vega Baja, motivo que la diputación adujo para que fuera la Generalitat la encargada de buscar una solución a la problemática generada.

El cierre de la planta de Abornasa se produjo tras la sentencia del juzgado de lo Contencioso Número 1 de Elche, por «estar situada en un suelo especialmente protegido, incompatible con el objeto del contrato y que no cumple con los requisitos legales para ejercer la actividad, ya que no posee la obligada licencia ambiental». Ante esta situación, el Ayuntamiento de Villena apuntó que «los casos de irregularidades y corrupción que han afectado al tema de residuos, no deben repercutir una vez más sobre la ciudad de Villena», pues cabe recordar que la adjudicación del Plan zonal a la UTE Cespa-Ortiz se rescindió por supuestos incumplimientos y todavía no se ha sacado a licitación este servicio, por lo que el vertedero de la Vega Baja deberá esperar unos años para ser construido.

Sin embargo, la solución a la gestión de residuos en la Vega baja deberá llegar antes, por lo que el Ayuntamiento de Villena concluye el comunicado instando a la Generalitat y a la Diputación de Alicante a buscar soluciones. Para ello, el alcalde villenense, Javier Esquembre, acudirá a la reunión fijada mañana con los 27 ayuntamientos de la Vega Baja para buscar una solución en común.

Por su parte, el PP también instó ayer al PSOE y Compromís a dar solución a un problema que arrastra la comarca desde varios años atrás, cuando eran los populares quienes gobernaban con mayoría absoluta.