La basura de cerca de una veintena de municipios de la Vega se llevó anoche hasta los vertederos de Xixona y Villena. El inesperado cierre de la planta de transferencia de Abornasa, en Crevillent, obligó a negociar un acuerdo in extremis para evitar que los contenedores se quedaran sin recoger. La Generalitat se vio obligada a intervenir para coordinar una solución debido a que la Diputación adujo que el Consorcio de Residuos de la Vega Baja-del que forma parte- no se ha constituido y no se podían tomar decisiones. La situación puso contra las cuerdas a muchos alcaldes que para evitar el colapso se vieron obligados a ordenar por escrito a las empresas que prestan el servicio que derivaran los desechos hasta esos dos municipios, a más de 80 kilómetros, lo que de alguna forma les compromete a asumir el sobrecoste del kilometraje que ya ayer estaban reclamando las concesionarias. La sentencia que ha obligado a clausurar Abornasa por estar ubicada en suelo protegido junto a El Hondo y carecer de licencia ambiental ha vuelto a evidenciar el grave problema que vive la Vega en materia de eliminación de residuos, siendo la única comarca de toda la Comunidad que no tiene en funcionamiento ni Plan Zonal ni vertedero.

Orihuela y Torrevieja, los dos municipios más grandes de la comarca, llevaban sus residuos a Xixona y Elche, respectivamente, aunque en el caso del término oriolano pasaban primero por Abornasa, que actuaba como planta de transferencia, y ahora se llevarán al vertedero. A excepción de algunos otros como Pilar de la Horadada, que lleva sus residuos a Murcia, todos los demás irán a Villena, gestionada por Vaersa.

«Urgencia»

Esa decisión fue tomada ayer por el secretario autonómico de Medio Ambiente, Julià Álvaro, «como medida de urgencia para este fin de semana», por lo que a partir del lunes habrá que negociar una solución definitiva. «Asumimos esta responsabilidad tanto si es como si no es nuestra ante el vacío legal que supone la inexistencia de un consorcio y porque ninguna otra autoridad ha decidido resolver este problema medioambiental y de salubridad».

La solución supuso un alivio para muchos regidores que criticaron la inoperancia de la Diputación y que vieron como el día anterior, el jueves, la basura recogida de los contenedores se había quedado en los camiones. No obstante, los regidores cerraron los acuerdos con Vaersa sin saber si quiera el canon que tendrán que pagar.

Aún así, no parece que Villena pueda acoger durante mucho tiempo las basuras de la Vega Baja -todavía se desconoce la cantidad de toneladas diarias dado que ayer se estaba calculando- y más pronto que tarde habrá que buscar otra solución. Cabe recordar que la adjudicación del Plan Zonal a la UTE Cespa-Ortiz se rescindió por supuestos incumplimientos y todavía no se ha sacado a licitación este servicio, por lo que pasarán varios años hasta que la Vega Baja pueda contar con su propio vertedero.

En este sentido, la Generalitat ha organizado una reunión el lunes para debatir sobre todo este asunto y en la que participarán los 27 municipios. Mientras tanto, desde Abornasa se anunció ayer su discrepancia con la sentencia y se anunció que están trabajando ya con el objetivo de volver a prestar servicio cuanto antes.

Además, el Ayuntamiento de Xixona exigió ayer que se respeten los topes de tratamiento del vertedero de Piedra Negra y reclamó a la Diputación la constitución del Consorcio de Basuras ante el cierre de Crevillent y el desvío de residuos a la localidad turronera. Su alcaldesa Isabel López (PSOE) recordó que es el Consorcio el que gestiona el tratamiento de basuras, y que este debe conformarse ya para aclarar la situación actual, informa J. A. Rico.