Una empresa oriolana de congelados de fruta y verdura, Congesa (Congelados Españoles SA) ardió ayer prácticamente por completo en un incendio que se declaró sobre las 21 horas y que estaba controlado al cierre de esta edición sin dejar personas heridas, según los bomberos. Aun y así, la cara de desolación era patente en los 115 trabajadores, muchos de los cuales se acercaron pasadas las diez de la noche tras conocer el tremendo fuego que se divisaba a kilómetros de distancia entre fuertes explosiones. Su futuro está ahora en el aire y aunque hoy llegarán las valoraciones y se sabrá cómo se inició, la fábrica estaba completamente destruida y no se sabe cuándo y cómo podrá volver a la actividad.

El empresario Antonio Ródenas aseguró, calmado y en una primera valoración, que se habían perdido alrededor 80.000 kilos de frutas y verduras recién llegadas y «salvado» por los bomberos 2.500 toneladas de estos productos gracias a la actuación de los parques de Orihuela, Almoradí, Torrevieja, Elche y Crevillent (un total de ocho vehículos) y al hecho de que se encontraban ya en una zona que se salvó de las llamas: la de almacenaje. Los servicios de extinción también evitaron que el fuego consumieran parte de maquinaria, según explicaron anoche fuentes de la empresa.

El fuego se declaró cuando aún había en la empresa trece trabajadores en la zona de producción, seis hombres y siete mujeres, que salieron con rapidez sin que se registraran heridos. Estos, según sus manifestaciones, olieron que algo se estaba quemando y en cuestión de segundos la nave comenzó a arder sin que pudieran hacer nada; principalmente, porque el material aislante de los congeladores, pero sobre todo los 4.000 litros de aceite y los 1.500 de gasoil se convirtieron en un acelerante espectacular. Quedó calcinada una tercera parte de la fábrica de 9.000 metros cuadrados. Pasada la media noche los Bomberos dieron por controlado el fuego, aunque al cierre de esta edición aún trabajaban en la extención total.

El despliegue no sólo de los bomberos desplegó en las inmediaciones de la empresa, situada en la nacional, cerca del colegio San José Artesano y del Cementerio, a efectivos de la Policía Local, Comisaría y de la Guardia Civil para controlar el paso de vehículos e intentar, al mismo tiempo, alejar a los curiosos. Los bomberos centraron su labor en evitar que las llamas se propagaran a otras naves colindantes y en salvar aquello que pudieron, que fue poco. El alcalde Emilio Bascuñana se desplazó al lugar para intentar conocer de primera mano lo ocurrido y consolar a trabajadores y al empresario porque en Orihuela, todos se conocen y lo ocurrido anoche ha sido una tragedia para muchas familias.