No hace mucho me mandaron un “wasap” que, de momento, me hizo gracia, aunque lo que realmente tenía que haberme dado era pena, porque de gracia, lo que se dice de gracia y pensándolo bien, tenía la justa para pasar un cuarto de hora de una mañana con fosca (niebla especialmente densa que oscurece el ambiente). Y el “mensajico” de marras, con al paso de los días, me ha hecho pensar si en Torrevieja se habrá hecho algo bien alguna vez. Bueno sí; parece que el “Pascual Flores”, que lleva un “tiempesico” sin hundirse, puede valer para algo más que para invertir dineros en su rehabilitación!. ¡Va a resultar que cuando la gente piensa encuentra apaño para las cosas, incluso para el Pascual Flores!.

Una vez, mi amigo Pedro, también conocido como “el del Tamarindo”, me comentó que iba a cerrar el restaurante. Le pregunté el motivo y me contestó que el turista que en ese momento llegaba a Torrevieja era de bocadillo, no de mesa y mantel. Y el jodío, no sé si con dolor de corazón o aliviado, chapó. Eran los primeros aldabonazos de la de crisis que no termina de escampar, aunque quienes nos “desgobeirnan” se empeñan en asegurarnos que se está remontando y que se está creando trabajo estable. ¡Mariano, a otro perro con ese hueso, porque nosotros, que vivimos en una zona en la que el Turismo ha sido -y debe seguir siendo- motor de la economía, no vemos la mejoría por ninguna parte!. Y si no que se lo pregunten a mi “amiguete” Roberto, que solo ha “trabajao” en agosto y está buscando curro como loco. ¡Y como él, un montón!.

Los políticos parecen haberse “empeñao” en hacer las cosas al revés; no digo mal, aunque tengo la sensación de que muchas veces es lo más probable. Estos chicos, y chicas, todavía no se han dado cuenta de que “su trabajo” tiene fecha de caducidad y que dura lo que una legislatura, cuatro años, a no ser que por el camino se cruce una moción de censura y se acabe el chollo, porque no me negaréis que en muchos casos el curro de político puede llegar a ser un chollo, sobre todo cuando en la vida de ciudadano de a pie no se ha dao un palo al agua y en cuantico se accede a un cargo público se tiene tratamiento de “don”. A muchos de nuestros “desgobernantes” les ha venido y les viene grande el traje/cargo. Hombre no estoy diciendo que quienes nos “desgorbiernan” hayan sido parias, aunque alguno ha dado esa impresión y, llegado ese momento, el de sentarse en el sillón “de mandar”, deberían preguntarse: ¿Qué he hecho para estar aquí?; ¿en qué plaza de toros he toreao?. Si se encuentren respuestas fácilmente, adelante; lo contrario sería peligroso, porque se termina “trabajando” para uno mismo y no para el pueblo; ¡eso es jodido!.

Bueno, pues el “wasap” que me mandaron decía: “El Ayuntamiento decide cerrar el Ayuntamiento”. En Torrevieja se ha cerrado de todo; desde discotecas a pubes, pasando por teatros o centros culturales y chiringuitos de playa e incluso terrazas de restaurantes que funcionaban sin problemas desde hacía años, con el consiguiente quebranto económico no sólo para los propietarios sino también para los trabajadores, que esperan el verano como agua de mayo para sacarse unas perricas con las que, en muchos casos, pagarse los estudios, sobre todo universitarios. Y cuando leí el mensajico me vino a la cabeza aquello del mayo francés: “Prohibido prohibir”. En la Ciudad de la Sal, por lo que se ve, no se ha hecho nada bien en los últimos 35 años y se prohíbe todo. Y digo 35 porque son los que puede tener, por ejemplo, el Tropic 222, que está más chapao que las mimas de Sagunto. ¡Y todo en nombre de la seguridad ciudadana!. O sea, ¿que un chaval que coja el coche para divertirse fuera de Torrevieja no corre peligro?. Quiero recordar que, por ejemplo, el Teatro Municipal antes era un cine al que yo fui en repetidas ocasiones y nunca pasó nada. Mirad, voy a contaros una cosica que poca gente sabe: El 222 empezó a funcionar hace muchos años. Unos chavales de Orihuela, Antoñito Simón, Rafulla Pazos y un servidor, decidieron ponerlo en marcha y se contó, por ejemplo, con Julio “Tris Tras”. El primer disco que se “pinchó” lo puso yo: “September”, de Earth, Wind & Fire. ¡Y no pasó nada!.

Dolón, “el bueno”, habrá trabajado en balde para traer a Oleza a los cruceristas que lleguen a Torrevieja, sobre todo si a la “tita” Fanny le da por pedir certificados de vacunación a los pasajeros del los buques que atraca hoy, los papeles del barco y el nombre del capitán y toda la tripulación, con apellidos y filiación política. ¡Ah; tendrán que cantar el Viva España!. Ya se rumorea que, para el año que viene, los veraneantes que no cumplan determinados parámetros tendrán muy complicado pasar la canícula en sus casas salineras y que aquellos que lleguen a los hoteles tienen que enseñar el certificado de que, siendo infantes, pasaron la rubeola y el sarampión, porque de lo contrario tendrán que veranear en otro pueblo. Un padre dice a su hijo: Si me muero en Vigo que me entierren en Santiago y si me muero en Santiago, que me entierren en Vigo. El hijo pregunta: ¿y eso?. El padre contesta: ¡por joder!.