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El Tajo se sitúa a 15 hectómetros cúbicos del límite para cerrar el trasvase en 2016

Los pantanos de Entrepeñas y Buendía almacenan actualmente 351 hm3, un 34% menos que hace un año, y a partir del próximo 1 de enero el mínimo para autorizar desembalses bajará hasta los 336 hectómetros

El Tajo se sitúa a 15 hectómetros cúbicos del límite para cerrar el trasvase en 2016

El 1 de enero de 2016 los trasvases entre las cuencas del Tajo y del Segura sólo se autorizarán si en los embalses de cabecera del primero (Entrepeñas y Buendía) hay más de 336 hectómetros cúbicos y ayer esta cifra era de 351 hectómetros cúbicos. La diferencia, esos 15 hectómetros cúbicos, acercan por primera vez la palabra «cierre» a esta infraestructura que desde hace tres décadas y media lleva más de 360 hectómetros cúbicos anuales al levante (Alicante, Murcia y Almería) generando riqueza. El fin del trasvase sería automático y sólo el Gobierno tendría capacidad, como una medida excepcional, para saltarse el memorándum y autorizar traer agua para consumo humano.

Y aunque el agua almacenada sigue bajando (100 hectómetros desde el 1 de julio), parece que exista una tregua y que reine la «paz» entre comunidades de regantes y políticos; de hecho, los responsables del gobierno de Castilla-La Mancha ya no hacen declaraciones beligerantes ni tampoco se ha cumplido la famosa invitación al president Ximo Puig para ver el estado de los embalses de la cabecera del Tajo. Y todo ello ha sido posible porque el Gobierno prorrogó por un año la declaración de sequía que no sólo afecta a la cuenca del Segura sino también a la del Júcar, abriendo definitivamente la mano a los sondeos.

Es curioso comprobar cómo Entrepeñas y Buendía no han notado para nada las últimas lluvias; de hecho, desde que el 1 de agosto se activaran las alarmas al descender de 400 hectómetros cúbicos las reservas por primera vez, el agua embalsada ha ido en descenso sin que las últimas precipitaciones que han barrido el país hayan cambiado la situación. Como se recordará, esos 400 hectómetros cúbicos son los que fija el memorándum firmado hace dos años para establecer el límite por debajo del cual no se permitirán trasvases a partir de 2018. Hasta entonces, a esa cantidad se llegará de forma progresiva: 368 hectómetros como mínimo legal en 2017; 336 hectómetros, en 2016; y 304 hectómetros, este 2015. Visto el actual panorama y pensando que se tienen que acordar cuatro desembalses más antes de concluir el año, los augurios no son nada positivos.

Los datos de almacenamiento del agua en la cabecera del Tajo han ido descendiendo en el último año de forma drástica. El 16 de septiembre de 2014 la cifra era de 547 hectómetros; es decir, 196 más que ahora (un 35%) mientras los regantes se quejan de que estos meses, Castilla-La Mancha ha multiplicado el caudal ecológico del río permitiendo un mayor desembalse y, consecuentemente con ello, facilitando que los «números rojos» que permiten que el límite del memorándum se acerque mucho antes. En teoría, con el otoño llegarán precipitaciones; de hecho, hasta el 15 de marzo Entrepeñas y Buendía almacenaban 573 hectómetros, 222 más que en estos momentos, pero si nos remontamos a un año atrás, la cifra era la más alta de este bienio: 904 hectómetros cúbicos.

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