Los padres de Dinoco, que gestionan el centro de atención temprana de Orihuela (140 plazas), volvieron ayer a cargar las tintas contra el Ayuntamiento por la supuesta privatización del servicio una semana después de que el alcalde, Emilio Bascuñana (PP), se sentara con ellos para decirles que «todas las posibilidades están abiertas».

Ayer aseguraron que una licitación encarecería en cien mil euros el servicio porque «habría un beneficio industrial, gastos generales e IVA» cuando ahora cuesta 454.000 euros. Según los padres, además, no existen garantías de que se mantenga la calidad. «Pagar un 20% más por el mismo servicio va en contra de cualquier criterio de racionalización y sostenibilidad», al tiempo que apuestan una vez más por el rescate como servicio municipal, tal y como ya les han solicitado.