Las altas temperaturas de este verano han conseguido, únicamente, adelantar unas semanas el inicio de la cosecha de las variedades más tempranas de la almendra. En otoño y en marzo, las lluvias beneficiaron a este cultivo que en 2015 ha dado un gran fruto. Así, el almendro, que no necesita grandes aportes de agua, con sus grandes raíces hundidas en el suelo ha aguantado los más de 40 grados que se han soportado en la provincia. No ha ocurrido lo mismo con el cereal. V. p.