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Cáritas pone en marcha la primera sede en Torrevieja que atenderá a los «sin techo»

La parroquia del Sagrado Corazón invierte 130.000 euros en unos locales donde además de ropa, alimento y formación, se ofrecerán duchas a personas sin hogar

Fachada del local de Cáritas en la calle Heraclio. D. P.

La parroquia del Sagrado Corazón de Torrevieja ha invertido 130.000 euros en la adquisición de un inmueble para poner en marcha la sede de Cáritas de esta zona situada en el centro de la ciudad. La singularidad de la iniciativa frente al trabajo que ya realizan el resto de parroquias, con sus respectivas sedes de Cáritas, es que la del barrio de La Punta, además de ropa, alimentos y formación con talleres y cursos, ofrecerá por primera vez atención a las personas sin hogar para que puedan mejorar su aseo personal con duchas. Torrevieja, quinta ciudad de la Comunidad Valenciana en número de población, carece sin embargo de albergue de transeúntes.

El principal objetivo de esta nueva sede, 140 metros cuadrados situados en la calle Heraclio, es atender a las personas sin recursos que puedan solicitar ayuda, según explicaba el párroco Pedro Crespo Císcar, y no solo a personas sin hogar. Los solicitantes habituales de ayuda en «la Ermita», como popularmente es conocida la Iglesia del Sagrado Corazón, son familias que residen en la ciudad y por estar atravesando dificultades económicas son atendidas al margen de su nacionalidad o confesión religiosa, explica.

El local de Cáritas, que no abrirá hasta recibir la autorización municipal, dedicará sus esfuerzos a ofrecer a quien más lo necesita alimentación, ropa, aseo y ducha y, lo que no deja de ser importante, opciones de formación a través de cursos y talleres que sirvan a muchos de los solicitantes para salir de su situación de precariedad.

La parroquia matiza que de momento no se plantea ofrecer alojamiento temporal a personas sin hogar, algo que exige además una estrecha colaboración municipal a través de la supervisión de la Policía Local. En caso de que se pusiera en marcha esta posibilidad sería solo con capacidad para tres personas.

El proyecto ya ha generado reticencias entre vecinos cercanos al local. Algunos le han expresado claramente su rechazo al párroco mientras otros recelan en privado de la proximidad de esta tarea asistencial. El párroco pide paciencia a para comprobar, con el día a día, que esta actividad no va a alterar en ningún caso la convivencia en la zona.

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