Fue un traslado acordado en 2010 por la entonces concejala de Cultura, Pepa Ferrando, del Museo Arqueológico al Museo Sacro de «La Diablesa», entre críticas de la oposición por la ausencia de un convenio, lo que abrió una herida que cinco años más tarde no se ha cerrado. En 2011, tras cambiar la Corporación, los ediles Ana Mas y Manuel Culiáñez reclamaron la devolución de la pieza para su restauración en el IVACOR (Instituto Valenciano de Conservación) con un duro escrito que fue lo que llevó al Cabildo de la Catedral, en una sesión, a tomar la decisión de plantear una demanda sobre la propiedad.

Tras aquella restauración, la pieza, que se encontraba en muy mal estado de conservación, regresó al Museo Arqueológico donde se encuentra desde hace años en un espacio que no concuerda con su valor y para ello sólo hay ver el nombre que éste tiene. M. A.